Málaga

Proyecto piloto para agilizar la denuncia de las agresiones en los centros sanitarios

  • La Policía Nacional la recoge cuando acude a un aviso y evita así que el profesional agredido tenga que desplazarse a comisaría

  • Se aplica desde hace un mes en la capital y sólo en casos leves

Concentración contra las agresiones, el martes pasado en el centro de salud de Ciudad Jardín.

Concentración contra las agresiones, el martes pasado en el centro de salud de Ciudad Jardín.

Cuando el trabajador de un centro sanitario es atacado o insultado, además de sufrir la agresión luego tiene que perder varias horas para acudir a comisaría a interponer la denuncia. Así que muchos -sobre todo cuando son amenazas verbales- optan por dejarlo pasar. Por ello se ha puesto en marcha un proyecto piloto de cara a facilitar y agilizar la denuncia: cuando la Policía Nacional es alertada de una agresión, acude con un documento modelo de manera que, además de intervenir garantizando la seguridad y deteniendo al agresor si procede, en el mismo acto recoge la denuncia. La experiencia piloto se lleva a cabo de momento únicamente en la capital y sólo para casos leves.

"Es una iniciativa excelente ya que la burocratización del proceso puede frenar al profesional a dar el paso de poner la denuncia. Confiamos en que el proyecto piloto se extienda a toda la provincia lo antes posible", apuntó el presidente del Colegio de Médicos, Juan José Sánchez Luque. Según ha informado esta institución a sus colegiados, la Policía Nacional tiene previsto "a corto plazo" que se implemente en las localidades donde tiene competencias.

También para el presidente del Sindicato Médico, Antonio Martín, el proyecto piloto es -junto con la creación de una comisión en la que están integrados la Delegación de Salud, la Subdelegación del Gobierno, los sindicatos, las fuerzas de seguridad y los colegios profesionales- un avance. "Hemos pasado del papel a acciones concretas", dijo.

El presidente del Colegio de Enfermería, Juan Antonio Astorga, también lo considera un paso positivo. "Ha supuesto un salto cualitativo muy importante porque lo que no se registra no existe y en la actualidad hay un infrarregistro", advirtió. Sindicatos y entidades colegiales siempre han señalado que las denuncias que reflejan las estadísticas son sólo la punta del iceberg. Por eso aplauden este proyecto piloto para que contribuya a aflorar la mayor cantidad de casos posibles de agresiones, sean físicas o verbales; a fin de que no queden impunes y para concienciar a la sociedad de que debe haber "tolerancia cero". Pero Astorga destaca además como segundo avance que se ha alcanzado "una puesta en común como nunca" entre administraciones, sindicatos, colegios profesionales y fuerzas de seguridad para poner freno a la violencia en los centros sanitarios. El tercer pilar, sostiene, es que la Justicia está actuando con diligencia. Para Astorga, las sentencias condenatorias no sólo sirven para reparar el daño sino como sensibilización social de que insultar o golpear a un trabajador de un centro sanitario no sale gratis. "Denunciando proteges a los demás porque se genera un cordón de seguridad", opinó el representante colegial de los enfermeros.

Por su parte, Sánchez Luque instó a la Consejería de Salud a "hacer una campaña contundente dirigida a los ciudadanos no sólo para reforzar la figura del médico, sino también para poner de manifiesto la necesidad de los ciudadanos de cumplir sus deberes como pacientes". Además, reclamó que la Administración autonómica implemente "todas las medidas necesarias que eviten la sobrecarga asistencial, factor que también es de riesgo en el desarrollo de agresiones".

Los últimos casos -tres en menos de dos semanas- llevaron a los profesionales a concentrarse ante los centros de salud. Las estadísticas reflejan que su malestar está más que justificado. Las agresiones en los centros sanitarios de la provincia se incrementaron de 2016 -en que se registraron 187- a 2017 -cuando hubo 221-. Pero no sólo eso. El aumento fue de las agresiones físicas que casi se duplicaron al pasar de 48 a 83 en ese periodo. En cambio, las verbales prácticamente se mantuvieron ya que ascendieron a 139 en 2016 y a 138 el año pasado.

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