El Consejo de Administración del Puerto de Málaga aprobó este jueves algunas cuestiones destacadas en relación con el transporte de mercancías por ferrocarril, con el objetivo de impulsar el sector logístico en el recinto portuario y la economía en su entorno de influencia, de forma sostenible y competitiva.

Así, la Autoridad Portuaria solicitará un estudio informativo al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) para valorar la supresión de los pasos a nivel y el soterramiento del acceso ferroviario al puerto de Málaga rescatando, así, un proyecto que ya fue estimado como necesario de acuerdo a la última resolución de 16 de octubre de 2017.

Por tanto, se solicitará también que, una vez finalizada esta evaluación previa, el Gobierno se comprometa a programar las inversiones necesarias para acometer el proyecto de construcción y la licitación posterior de las obras, han detallado en un comunicado. El presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio, destacó “la situación privilegiada del Puerto de Málaga en el Estrecho de Gibraltar y como conexión de los ejes norte-sur, entre Europa y África”.

“La ejecución de este proyecto permitirá impulsar la capacidad de nuestro puerto para gestionar el incremento del tráfico con el norte de África de cara a 2025”, ha destacado, al tiempo que ha añadido, además, “que el uso del ferrocarril contribuye a la reducción de la huella de carbono haciendo más sostenible la actividad portuaria, uno de nuestros objetivos prioritarios”.

El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria expresó, además, el apoyo a la Iniciativa Ramal Central mediante la incorporación del organismo público como socio de la Asociación de Red Ciudades Ramal Central que, junto al resto de puertos andaluces, contribuirán construir un importante núcleo logístico en el marco del desarrollo de la Red Europea de Transportes (RTE-T), que incluye las líneas ferroviarias, carreteras, vías navegables interiores, rutas marítimas, puertos, aeropuertos y terminales. Esta estructura organiza una red de ciudades que, anejas al corredor, podrán generar un modelo independiente y cuyos beneficios derivados del Ramal Central puedan llegar al resto de España.