Málaga

Rechazo al "hiperpago" de los sanitarios

  • Profesionales de Salud Mental del Carlos Haya elevan una carta al presidente de la Junta en la que critican que los recortes se ceben con los profesionales y ofrecen su experiencia para definir medidas de control del gasto

DESDE hace unos días, profesionales sanitarios de toda Andalucía están remitiendo escritos a la Consejería de Salud y Bienestar y a la Dirección Gerencia del SAS, en los que de una forma u otra se da cuenta del enorme malestar que se ha generado al plantear el decreto de ajuste presupuestario a costa de recortar una y otra vez los sueldos de los profesionales de la sanidad pública andaluza (los recortes ya iniciados en 2009 más los recortes ahora previstos supondrán entre un 20 y un 30% de recorte de nuestros sueldos, amén del recorte especialmente lesivo que deberán soportar los interinos y eventuales), retrasar el pago del CRP en seis fracciones (de julio a diciembre), el retraso en la renovación de los profesionales interinos, etc., etc., a la par que se solicita que esos recortes y atrasos se retiren o al menos se aminoren para que el impacto no sea tan brutal. De igual modo, y en una línea de colaboración y apuesta por la sostenibilidad del Servicio Andaluz de Salud, se solicita a nuestra Consejería que se potencie la participación de los profesionales y que se cuente con nuestra experiencia para desarrollar nuevas líneas encaminadas al control del gasto. En este marco, y con el convencimiento de que ahora no podemos recortar la cartera de servicios, la accesibilidad de los ciudadanos, ni la calidad de la asistencia que prestamos, se plantean algunas posibles áreas de mejora, racionalización y eficiencia. Suelen finalizar esos escritos reiterando nuestra disposición a colaborar, pero con la confianza de que se tendrán en cuenta nuestras sugerencias, cambiando las medidas actualmente propuestas.

Señor presidente [...], centrándonos en el Servicio Nacional de Salud, y más exactamente en el Servicio Andaluz de Salud, resulta lógico que, con la que está cayendo, con la política de recorte presupuestario, con la imposibilidad legal de desviarse de lo presupuestado -tal como siempre se ha hecho-, por enésima vez se vuelva plantear el debate sobre la sostenibilidad del mismo, debate sin duda mediatizado por diversos intereses económicos, un poco extraño si tenemos en cuenta que nuestro gasto sanitario se encuentra por debajo del de la OCDE, que el crecimiento anual del mismo en los últimos 10 años ha sido del 2,7% (4,5% promedio de la OCDE) y que, por lo menos, en la curva que relaciona la esperanza de vida con el gasto sanitario nuestro sistema de salud resulte altamente eficiente. Que también hay flancos débiles, sin duda. Según los expertos, nuestro gasto farmacéutico es muy elevado (en torno al 30%), la sobreutilización tecnológica, la descoordinación en sus actuaciones, la falta de objetivos claros, la burocratización y la excesiva proliferación de espacios de control y dirección, así como de agencias cuya repercusión en la calidad o la eficiencia de nuestras actividades asistenciales, docentes e investigadoras es más que cuestionable. En consecuencia, señor presidente, a las medidas que por justicia y perentoriedad hemos remitido a la Consejera de Salud y Bienestar y a la Dirección Gerencia del SAS, reiterando ahora ante usted nuestro deseo de colaboración y nuestro compromiso cívico y profesional con el SAS, con la ciudadanía andaluza y, sobre todo, con nuestros usuarios y pacientes, queremos proponer a su consideración algunas medidas y líneas de reflexión que, a nuestro entender, a corto y medio plazo podrían ayudar a la sostenibilidad del sistema, así como a mejorar su eficiencia.

1) Financiación realista: el SAS necesita una financiación finalista acorde con sus compromisos, de conocimiento público, en la que, en momentos de crisis o desajustes presupuestarios, quede claro cómo repercutirá esa eventualidad en la cartera de servicios o en el bolsillo de todos los ciudadanos, y no como se ha planteado en esta ocasión en la que el desfase presupuestario, ondeando la justa bandera del no-copago, se ha propuesto como hiper-pago a costa de los profesionales sanitarios, obviando que resulta fácil, pero injusto e indigno, la ufanía y el envanecimiento del que caza animales en el zoológico.

2) Información: A los ciudadanos, los profesionales, las unidades de gestión clínica (UGC) sobre el funcionamiento del SAS, la cartera de servicios, los gastos que ocasionan las distintas partidas.

3) Racionalidad y eficiencia de las estructuras asistenciales y administrativas: replanteamiento de las delegaciones provinciales y reconversión de las mismas en delegaciones provinciales del SAS, donde un director gerente sea el máximo responsable de las actividades asistenciales, docentes e investigadoras de cada provincia, con el subsiguiente adelgazamiento de las estructuras de los distritos sanitarios y los hospitales. De igual modo, se deberían dar los pasos precisos para que la proliferación de UGC con igual contenido vayan confluyendo en una única UGC provincial, o la integración en el SAS de los Servicios Provinciales de Drogodependencia.

4) No a las privatizaciones: hay que definir con claridad el modelo público de sanidad y paralizar el desvío de fondos públicos y las concesiones a la empresa privada.

5) Control del gasto farmacéutico: política clara, consensuada y con suficiente evidencia científica en el uso racional del fármaco. Se deben establecer mecanismos para un mejor control del gasto en farmacia, a través de elementos como los sistemas de información independientes y de calidad a los profesionales, la prescripción por principio activo, etc.

6) Evaluación de la utilización de la tecnología: el sistema debe apostar por mantener el nivel de referencia técnico de los centros sanitarios públicos mediante una política continuada y sostenible de adquisiciones de alta tecnología.

7) Política de personal: debemos seguir desarrollando medidas que impliquen más al personal en el propio sistema para que se sienta identificado y comprometido en el sistema de salud, implementando además medidas que garanticen la contratación de los profesionales mejor preparados, todo esto en el marco de una apuesta firme y decidida por el fortalecimiento de las UGC [...]. Estas medidas, señor presidente, sin duda incompletas, mal definidas, tal vez algunas sin suficiente visión política o estratégica, están dictadas por la razón y el pulso de los que creen en el sistema sanitario público, de los que pensamos que la sanidad pública en Andalucía debe aspirar al mayor grado de excelencia en sus prestaciones sanitarias y en sus actividades docente e investigadoras, de los que apostamos por la eficiencia y sostenibilidad del SAS… Remando en esa dirección, siempre nos tendrá a su lado, pero nunca espere de nosotros elogios ni blasones si va de

caza a un zoológico y, mucho menos, que seamos nosotros mismos, los que ejerzamos de forma coactiva de pobres animales enjaulados en ese zoológico del cuento.

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