Málaga

Reggaeton: patrimonio cultural y reserva de la 'biosferia'

Ayer sábado se publicó laos resultados de la encuesta anual que la Unión de Consumidores de Málaga realiza a foráneos y aborígenes sobre cuáles son los aspectos mejor y peor valorados de la Feria de Málaga (como siempre, recuerdo que el hashtag oficial es #FeriaMLG). Como el año anterior, los precios, la limpieza y la seguridad es lo peor valorado de la fiesta. Invitaría a los encuestadores que, para la Feria de 2019, vayan preguntando también cuál ha sido el temazo más destacado o qué género musical es el que más escuchado por todos. Haciendo cábalas, es muy probable que todas las respuestas vayan orientadas hacia el reggaeton.

Los Verdiales, el pop, el flamenco, el rock y la electrónica. Todos estos cuentan con espacios de amplio apoyo municipal que les permite darse a conocer e integrarse en la fiesta. Pero lo público no parece velar por Becky G, ni quiere importarle Maluma o -quién da más- se la refanfinfla Daddy Yankee. Son algunos de los artistas afectados por la negación municipal a querer apoyar el género musical del perreo.

Ya en serio. La Feria de Málaga tiene variedad musical a cascoporro, y el que no la encuentra es porque no conoce la programación: en la Guía de la Feria de Málaga de este periódico está todo bien explicado. Pero esto no quita la intención primera de estas líneas: una parte importante de la juventud quiere que el reggaeton sea reserva de la biosferia, y especialmente el de antaño, el de 2008 para atrás.

Las imágenes de hoy son una muestra del respaldo juvenil a este género en las redes sociales de la Feria de Málaga. Honestamente, he escogido dos de las más publicables: otros mensajes incluyen exigencias, amenazas e insultos al certamen Malagacrea Rock en la Explanada de la Juventud. Por ahí ya no paso: ese botellón es sagrado.

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