El miércoles trascendió que Fujitsu plantea un expediente de regulación de empleo para sus 336 empleados porque no le llega suficiente material desde China y que Ericson mandaba a teletrabajar a otros 200 ante el riesgo de contagio. Pero hay muchos más efectos negativos del coronavirus. Empresas que sufren retrasos en la llegada de productos, otras que tienen sus proyectos tecnológicos paralizados y algunas que han visto casi duplicados sus costes de transporte marítimo debido a la crisis causada por este nuevo virus.

En el caso de la cárnica Facsa, hay tres consecuencias. Las exportaciones han caído ligeramente respecto a noviembre y diciembre pasados, los fletes de las navieras han subido de unos 2.800 euros por contenedor a alrededor de 4.600 y los precios en destino han bajado. “En resumen, el margen de ganancia se ha reducido porque han subido los costes y los clientes pagan menos”, señala el responsable de exportaciones de esa firma malagueña, Ramón Soler. Explica que entre el año nuevo chino y el COVID-19 hubo un parón en la demanda. “Ahora va tirando, aunque no es tan boyante como antes del coronavirus”, agrega.

Ha subido el transporte y los clientes chinos pagan menos; el margen de ganancia se reduce

Según sus cálculos, dado que a la semana envían entre 40 y 50 contenedores al país asiático, el incremento en los gastos de transporte marítimo ha sido de unos 200.000 dólares mensuales. Facsa exporta carne porcina, jamón, embutido y huesos, entre otros productos. Debido a la peste porcina en China, la demanda se había incrementado, pero el coronavirus le ha hecho un poco de mella.

Dekra es una empresa instalada en el PTA que hace ensayos y pruebas de equipos electrónicos. “Ahora tenemos proyectos que se están retrasando”, admite Fernando Hardasmal, su vicepresidente ejecutivo. Están en standby y confían en que “en las próximas semanas se puedan retomar”. Y añade:“Por ahora se están posponiendo, no se están cancelando. Todavía se pueden realizar. Esos ensayos y pruebas son nuestro negocio”. Además, otros proyectos se están desacelerando porque hay profesionales de China que tienen que venir al PTA y no pueden debido a las recomendaciones de limitar los desplazamientos.

Fuentes de Miguel Ángel Palomo SA, dedicada a fabricar relleno de aceituna, indicaron que la firma ha tenido retrasos en la llegada de un contenedor desde China con pimentón, aunque no se ha parado la producción porque tenían suficiente stock. Para prevenir, ya han pedido con mucha antelación otra remesa.

Esteban Carneros, de relaciones corporativas de la aceitera Dcoop, asegura que no le consta que hayan tenidos incidencias en sus exportaciones. “De manera directa, no; pero de forma indirecta nos preocupa la deriva por si hubiera una crisis económica”, sostiene. Las repercusiones económicas son diversas. Los empresarios consultados confían en que pronto pueda superarse los problemas que el coronavirus ha causado en la salud de la economía.