En el salón de actos del IES Bezmiliana, en Rincón de la Victoria, hay un silencio de espera. Luces apagadas. Los chicos van descendiendo por el pasillo hasta incorporarse al escenario. Camisas y camisetas blancas, vaqueros de actualidad. Poco a poco van incorporándose a sus posiciones. Suena la música como preludio. Las primeras notas de Vois sur tou chemin (Mira por tu camino) dejan a sus compañeros boquiabiertos. Los Chicos del Coro han comenzado a cantar.

No son los componentes de la famosa película de Christophe Barratier, pero como si lo fueran. En sus voces tienen la misma magia y en el canto la inquietud de su adolescencia. Llevan ensayando desde el mes de noviembre. Han sacrificado sus recreos para formar parte de este coro que esta semana sale a escena. El éxito está asegurado.

La iniciativa surgió a principios de octubre. Fue en el transcurso de un café cuando el profesor de francés, Práxedes García, le propuso a su homónimo de música, Juan Carlos García montar un coro. La idea era que aprendiesen de una forma amena y divertida el idioma. "Cualquier actividad creativa nos permite relajarnos para afrontar el trabajo de forma más productiva", explicó el promotor quien ya había desarrollado esta experiencia en un instituto de Vélez-Málaga y de Baza. Y así, según contó, surgió este trabajo interdisciplinar de los departamentos de Francés y Música que se ha llevado a cabo a lo largo del curso con la participación de alumnos y profesores, sacrificando la hora del recreo para cantar, "o más bien aprovechando el momento para realizar una actividad creativa, motivadora y relajante".

En total, el coro está formado por profesores y alumnos de entre 13 y 16 años, que suman un total de 46 voces y acompañamiento instrumental (piano, violín, clarinete y bajo). "La mayoría de los componentes del coro no sabía previamente francés ni música, pero a fuerza de dedicación e ilusión han logrado aprender un idioma y adquirir un más que digno nivel musical, además de mejorar la convivencia en el centro", comentó Práxedes, quien también quiso reconocer el esfuerzo de los profesores de otros departamentos que han estado "al quite". "Ha sido mucho trabajo, hemos pasado por muchas fases pero merece la pena cuando ves el entusiasmo que tienen", apuntó Juan Carlos, quien agregó que de esta forma los jóvenes aprenden mucho mejor tanto los conceptos de francés como los musicales.

Y así, después de media hora de concierto en el que interpretaron cinco piezas con sus correspondientes bises, Gloria, Jennifer, Rocío, Inés y Pablo, cinco jóvenes de los que componen el coro, salieron exultantes por los aplausos recibidos.

Ha merecido la pena sacrificar el recreo y ahora les gustaría dar el gran salto y seguir con las representaciones fuera del centro. Llegaron atraídos por la música, y ahora hasta les gusta el francés. Los Chicos del Coro ya están cantando.