La constitución de los ayuntamientos

"Seguiré siendo el alcalde de todos"

  • Los votos del Partido Popular y de Ciudadanos le permiten revalidar la Alcaldía. "Hagamos política con nobleza, sin más aspiración que el bien común", afirma. Pide unidad para defender los intereses de la ciudad frente a otras administraciones públicas.

FRANCISCO de la Torre, entre las algarabías de los concejales del Partido Popular, y el silencio respetuoso de ediles de la oposición, volvió ayer a levantar la vara de mando que lo reconoce como alcalde de Málaga. Orgulloso, pero menos emocionado que cuatro años atrás, empleó la sesión de investidura celebrada en la Casona del Parque para hacer un llamamiento a todos los partidos con representación municipal para, "por encima de las siglas", trabajar de manera conjunta por el futuro de la ciudad. Las referencias al diálogo fueron una constante en una intervención, la suya, en la que quiso enfatizar su capacidad para estar al frente de un nuevo tiempo. 

Con la de ayer ya son cinco las ocasiones en las que el secretario general del Consistorio pronunció su nombre para reconocerlo como regidor. Cuatro, tras ser investido con los votos de los ciudadanos; una, la primera, tras sustituir al frente de la Casona del Parque a su antecesora, Celia Villalobos. De la Torre contó ayer, conforme al guión pactado en los días previos, con el favor de los tres concejales de Ciudadanos, una de las dos nuevas formaciones políticas con presencia en el Pleno. Sus tres síes se sumaron a los 13 de los ediles del PP, alcanzando la mayoría absoluta necesaria para la reelección del quien ocupa ese mismo sillón desde principios del año 2000. 

De cumplir, como es su deseo, los cuatro años del mandato, pasará a convertirse en el mandatario de la capital con más años al frente de la Casona, 19, superando los 16 del recordado Pedro Aparicio. María Gámez, la candidata que presentaba el PSOE a la Alcaldía sumó a las nueve papeletas de su partido, las cuatro depositadas por los ediles de Málaga Ahora; los dos integrantes de IU Málaga para la Gente, conforme a lo anunciado, votó a su candidato, Eduardo Zorrilla. 

No hubo espacio a la sorpresa en una votación carente de incertidumbre tras el acuerdo que apenas un día antes rubricaron los populares con el partidonaranja. Sin embargo, el periplo que ahora se inicia da pie a imaginar episodios bien distintos a los acumulados en los últimos quince años de mayoría absoluta del PP. Quizás por ello, por encontrarse en una situación de inferioridad, De la Torre quiso mostrar su perfil más dialogante, señalando que incluso cuando dispuso de los votos suficientes siempre quiso ser "el alcalde de todos". "Nunca fue el sectarismo uno de mis defectos ni lo será jamás; siempre he contado con quienes quisieron y supieron aportar, sin importar su origen, su filiación ni sus ideas", dijo, a lo que apostilló: "seguiré siendo el alcalde de todos y consagrándome a esta honorable tarea cuatro años más con la pasión, la dedicación y el esfuerzo necesarios". "Hagamos política con nobleza, sin más aspiración que el bien común", defendió. 

Desde las nuevas bancadas de la oposición, fueron numerosas las críticas al modo en que De la Torre ha ejercido la acción de gobierno en el pasado mandato, recordando, caso de Gámez, cómo el sentir expresado por los malagueños en las urnas el pasado 24 de mayo era contrario, en su mayoría, al candidato popular. Sin embargo, si una voz fue la que resonó por encima del resto fue la de Ysabel Torralbo, portavoz de Málaga Ahora. 

En un discurso repleto de acusaciones y contundentes descalificaciones, llegó al punto de afirmar que De la Torre aprendió la función política "en la escuela del franquismo". "Hoy vuelve usted, señor De la Torre, a disponer de cuatro años con los que seguir extendiendo la ponzoña de sus políticas clientelistas", le llegó a espetar. Incluso, lo comparó con el rey Luis XIV: "seguro que se levanta cada mañana pensando ¡El Estado -el municipio- soy yo!'". 

El tono del resto de portavoces fue mucho más conciliador, confiando en que el nuevo tiempo político que ahora se inicia sea el del consenso y el acercamiento. "El veredicto de las urnas era el cambio; el bastón de mando sigue en las mismas manos, pero la situación política ha cambiado radicalmente", señaló Gámez, mientras Zorrilla defendió que los resultados de los comicios "forzosamente deben significar un cambio profundo en el modo de ejercer la política municipal". 

"Juntos compartimos el reto de llegar aún más lejos en el horizonte que Málaga se ha fijado", insistió De la Torre, quien hizo un llamamiento a todos los malagueños para que "se sepan imprescindibles en el compromiso por el futuro de Málaga". El alcalde calificó de "apasionante" el actual momento político y subrayó que los nuevos partidos con representación en el Pleno, Ciudadanos y Málaga Ahora, tienen "la oportunidad de convertir su discurso teórico en hechos responsables". 

En esta hoja de ruta, llegó a recordar lo ocurrido en el mandato 1995-1999, cuando la situación de minoría en la que se encontró la alcaldesa Celia Villalobos obligó al diálogo continuo con IU y el PSOE. "No debería resultarnos difícil propiciar el diálogo y el acuerdo cuando no alcanzar el consenso; estamos llamados a facilitar el entendimiento", apostilló. 

Y si bien rebajó el entusiasmo con el que en mandato anteriores dibujó el futuro de la ciudad, se atrevió a predecir que al final del mandato que ahora se inicia "la visibilidad de Málaga será mucho mayor". Una labor a la que contribuirá el refuerzo de las áreas y los organismos que trabajan en la promoción económica y tecnológica. A ello sumó, a modo de líneas de intervención inmediata, la apuesta por la acción social para atender necesidades básicas como la vivienda, los suministros de agua y energía y la alimentación, y por la dinamización del empleo. 

De la Torre tuvo palabras de agradecimiento hacia los tres concejales de Ciudadanos que le otorgaron su voto afirmativo, reconociendo que en esta línea de diálogo que quiere extender en el mandato, el equipo de gobierno tendrá "especial sensibilidad" con Ciudadanos. De ello depende, en buena medida, disponer de la estabilidad suficiente. Conforme a lo acordado por ambas formaciones, el periodo que ahora se inicia estará marcado por la bajada de impuestos, la reducción del 50% de los cargos eventuales y por el desarrollo de políticas sociales. 

A todo ello, como reconoció el propio alcalde, se suma la necesidad de definir en los próximos años el nuevo modelo de limpieza de la ciudad, "porque es evidente que hay margen de mejora", y seguir fortaleciendo las herramientas de transparencia y participación de la institución. En este mismo marco, subrayó la apuesta por dotar de un espacio de centralidad a cada uno de los distritos y por defender los intereses de la ciudad ante otras administraciones, caso de la Junta de Andalucía, de la que "tenemos que conseguir completar el encauzamiento del Guadalhorce", y del Gobierno central, al que reclamó "la conexión con Cercanías al PTA y a la posible zona franca de Campanillas".

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