Hace tres días que dio comienzo el mes de septiembre, un periodo que para unos significa simplemente el final del verano y la vuelta a la rutina; sin embargo para otros simboliza el inicio de un mes de estudio. Los estudiantes cambian en ésta época del año la toalla, el bronceador y las noches de verano por libros, apuntes y, cómo no, por la biblioteca.

Es tiempo de recopilar apuntes y ponerse manos a la obra. Unos por pereza, otros por no poder abarcar tantas asignaturas; la cuestión es que bastantes estudiantes universitarios tienen materias pendientes para el mes de septiembre y ahora toca enfrentarse a ello.

En términos generales, se podría decir que hay dos tipos de estudiantes: los aplicados que han adelantado materia de estudio en verano y ahora les toca repasar y, por otra parte, aquellos que no han abierto los libros en todo el periodo estival y ahora sólo les queda estudiar a marchas forzadas mientras se lamentan.

La Biblioteca de la Universidad es el lugar donde cada día y algunas noches se dan cita un número considerable de estudiantes universitarios ya que la califican de lugar tranquilo y motivador para el estudio. Éste es el caso de Cristina Páez, estudiante universitaria de ingeniería industrial. Ha sido su primer año de carrera, algo relajado y por ello ahora está concentrada en "empollar". Cristina tiene que enfrentarse a tres exámenes repartidos en apenas unos días aunque no será gran trabajo para ella ya que, a pesar de haber disfrutado de la recién acabada Feria malagueña, ha hecho algún que otro paréntesis para dedicárselo a los apuntes. El día 11 acabará su pesadilla y podrá gozar de unas semanas de relax antes de comenzar su segundo año de carrera.

Es el caso contrario de dos chicas estudiantes de filología hispánica. Cuatro y dos asignaturas son el número de materias que tienen pendientes y que deben afrontar en este periodo de exámenes. Estas universitarias se autocalifican de "buenas estudiantes" aunque se lo han tomado de manera relajada ya que ayer era su primer día de estudio en la biblioteca. Este verano se han dedicado a otros menesteres, un periodo estival muy completo ya que han trabajado, también han disfrutado y ahora su principal tarea es estudiar.

A la vista está que los universitarios veteranos se toman los exámenes de una manera más confiada con la baza de la experiencia a su favor y no estudian hasta los últimos días. En el caso de los novatos la perspectiva cambia, parece ser que son más aplicados y a la vez inseguros, pero todos ellos acuden a la biblioteca horas y horas para "empollar".