Málaga

Tarde triunfal en la mejor entrada de la Feria

La puntualidad taurina no se cumplió ayer, puesto que el inicio del paseíllo se retrasó cinco minutos. Mientras tanto, seguía entrando público por las bocanas de los tendidos de la plaza, que ayer registró la mejor entrada del abono con un casi lleno.

La terna, compuesta por por Enrique Ponce -que lució el capote de paseo con la imagen de la Virgen de la Victoria que le entregaron el jueves-, José María Manzanares y Roca Rey por fin salió al ruedo, momento que coincidió con la llegada de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler a una barrera del tendido 2. Tras un largo paseo por el callejón en el que se dieron un baño de masas, encontraron su localidad.

El retraso del paseíllo parecía un mal presagio de lo que sería el comienzo de la corrida. Con dos toros devueltos a los corrales de entrada, el primer toro al que le haría faena Ponce no saldría por toriles hasta pasadas las 20:00 horas. Con su maestría y empujado por el cariño que Málaga profesa a este torero, Ponce sujetó a este toro de La Palmosilla al que le cortó una oreja.

Caprichos del destino. Esta es la ganadería que echó a Conde de la Feria, con un cambio de ganadería in extremis a escasas 24 horas de la presentación de los carteles. Finalmente, entre las corridas remendadas y los sobreros que ayer salieron, La Palmosilla ha sido una de las ganaderías de la que más toros han salido al ruedo de La Malagueta durante este abono.

Al igual que el pasado jueves, cuando el de Chiva toreó su primera tarde en Málaga, Javier Conde presenció la corrida de ayer, esta vez desde el callejón. Allí no perdía detalle de la faena de su compañero, compadre y, como él mismo dice, hermano. Otro hermano, este de sangre, fue Manuel Manzanares, que también desde el callejón observó con detenimiento a su hermano José María.

También estuvieron presentes representantes políticos como el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, y el delegado del Gobierno andaluz, José Luis Ruiz Espejo. Asimismo, se pudo ver varias caras del ámbito de la cultura, como el presidente de la Fundación Manuel Alcántara, Antonio Pedraza; el columnista de El País Teodoro León Gross; y el arquitecto malagueño Salvador Moreno Peralta. Por su parte, Jaime de Marichalar también siguió el transcurso de la tarde desde un burladero del callejón, mientras que su hija, Victoria Federica de Marichalar se encontraba en el tendido 1.

Uno de los más esperados por la afición era el joven peruano Roca Rey, uno de los más taquilleros del momento. Su conexión con Málaga no tardó en surgir con su toreo de poder y cercanía. El epílogo de la faena, en los tendidos de sol, fue un clamor de una plaza predispuesta a ver el "efecto Roca Rey". Dos orejas y Puerta Grande asegurada, la primera de la Feria.

Con el cuchillo entre los dientes, cual novillero que debe ganarse los contratos se tratase, Enrique Ponce salió al ruedo, con un buen saludo capotero con el que no quería dejarse ganar la partida por Roca Rey, quien, cuando nació, el valenciano ya era figura del toreo. En su último cartucho en Málaga salió a por todas, llegando los mejores momento con la muleta, tercio en el que torero y público se entregaron al toreo.

Con Ponce La Malagueta saca su lado más pasional, lo que a veces nos lleva a actos espontáneos que a la larga quedan en la memoria de los presentes. Como aquella tarde en la que tras una memorable faena cortó las dos orejas y durante la vuelta al ruedo el director de la banda de Miraflores-Gibraljaire, el maestro Puyana, le lanzó su batuta desde el primer piso.

Una vez más, y ya no se saben cuántas, Málaga rendida a Enrique Ponce. Torería con y sin el toro. Hasta en dos ocasiones logró poner a parte de la plaza en pie. Fueron algunas voces las que, fruto de la emoción, se atrevieron a pedir el indulto al toro, aunque finalmente Ponce lo mató de estocada entera y obtuvo como premio las dos orejas. Otra Puerta Grande.

Manzanares solo dejó destellos de su toreo en su regreso a Málaga tras su ausencia del pasado año, con lo que contentó a parte del público. Otra parte esperaba más de él.

En el último toro, con el capote se vio un interesante pique entre Ponce y Roca. Además, el peruano brindó a Victoria Federica, hija de la infanta Elena, aunque eso no eclipsó la que sería la foto de la Feria. Enrique Ponce y Roca Rey saliendo a hombros de La Malagueta. El trayecto de Ponce sería más largo, puesto que fue llevado en volandas hasta el Hotel Miramar.

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