Buena parte de los bodegueros rondeños cuentan entre sus vinos con caldos rosados y blancos, dos variedades que son especialmente demandadas entre los turistas extranjeros que proceden del norte de Europa. Rosado y blanco son sus principales opciones para disfrutar de un aperitivo o de los pescados y mariscos en la capital malagueña o la Costa del Sol, algo que se comprueba fácilmente con darse una simple vuelta por los establecimientos dedicados al turismo. Ellos son el principal objetivo de estos vinos rondeños, que suponen un importante complemento económico para las bodegas, aunque siguen teniendo a los tintos como sus principales buques insignia

La última de las bodegas en sumarse a esta tendencia ha sido Viloria, que esta semana ha embotellado sus primeras botellas de vino rosado, que tiene un toque de barrica de tres meses y que ha sido elaborado principalmente con la variedad Petit Verdot. Este hecho le confiere un carácter muy especial que parece haber convencido entre los restauradores de la costa y capital, que ha tienen reservada casi la totalidad de las primeras 3.500 botellas que van a sacar al mercado. La Semana Santa es la fecha de su gran lanzamiento al mercado, y entonces serán los visitantes los encargados de darle ese visto bueno que ya ha recibido inicialmente por parte de los restauradores.

Además, la bodega también tiene previsto realizar exportaciones al Reino Unido, Holanda y Bélgica, donde también han expresado su interés por sus vinos blanco y rosado. Uno de los aspectos que caracteriza a este último es su precio competitivo, que se espera que esté en unos 6 euros por botella.

A tal punto ha llegado la demanda de estas variedades, que ya han plantado nuevas hectáreas para producir más vino blanco, que tiene una gran demanda en la época de verano, y es que se suele servir frío. Se espera que para el próximo año puedan ampliar la producción.