Aunque pareciera que la hoja de ruta trazada para el arranque del Metro en la Alameda Principal, con un plan de tráfico prácticamente consensuado, estaba del todo resuelto, las últimas condiciones puestas sobre la mesa por el Ayuntamiento de Málaga abocan al inicio de los trabajos de adecuación del tramo final del suburbano a los meses de verano. El alcalde, Francisco de la Torre, ratificó ayer la posición mantenida en las últimas semanas por el área de Movilidad en el sentido de condicionar cualquier avance en la ordenación del tráfico entre el puente de Tetuán y la calle Torregorda a la terminación de los desvíos de tráfico actualmente en desarrollo en la Avenida de Andalucía.

Conforme a la planificación en su momento acordada por la Junta de Andalucía y el Consistorio, de las fases de adecuación en esta parte de la ciudad restan aún por materializar "una fase y media", según expuso el regidor. Un tránsito que requiere, según estimaciones del área de Movilidad, de "unos dos meses o algo más". De mantenerse firme el equipo de gobierno del PP en este punto, el pistoletazo de salida en las tareas previas al inicio de obra en la Alameda no será posible al menos hasta principios o mediados de junio.

Una consecuencia inmediata de ello es que la entrada de los operarios en uno de los puntos calientes de la urbe se pospondría a después de las elecciones municipales, que tendrá lugar el 24 de mayo. "Cuando estemos llegando al final la tercera fase será el momento en que se puedan plantear las afecciones y los cambios y desvíos en la margen izquierda del río para abordar el paso bajo el río y la Alameda; para no tener afectado de una manera fuerte el corazón, desde el punto de vista del tráfico, de la ciudad", explicó De la Torre, para quien esta posición "tiene todo el sentido".

"Hagamos las cosas para afectar lo menos posible la estética, y la movilidad", incidió. Este retoque entra en conflicto con la idea de la Consejería de Fomento de acometer esta fase previa de las actuaciones en el tajo del suburbano al centro tras Semana Santa. Todo ello tras la adjudicación el pasado 15 de febrero de las obras a la unión temporal de empresas (UTE) integrada por Acciona y Sando, y de haber firmado el contrato con la misma el pasado 24 de marzo. Desde ese momento empieza a contar el plazo de 28 meses que se da esta alianza empresarial para culminar los trabajos de ejecución de una infraestructura ferroviaria clave en el presente y futuro inmediato del Metro.

El cumplimiento del calendario programado es si cabe más importante si se tiene en cuenta que la nueva hoja de ruta pactada en noviembre de 2013 por las dos administraciones públicas, la concesionaria encargada de la exploración del suburbano y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), ente que financia buena parte del proyecto, obliga a la puesta en servicio del tramo a la Alameda antes de que finalice el año 2017.

Y para que llegue ese momento restan poco más de 30 meses, dado que antes de la entrada en funcionamiento del tajo es menester la realización de pruebas con todos los componentes. No obstante, hay que precisar que la actuación adjudicada se corresponde únicamente con la fase de infraestructura y superestructura de vía, siendo objeto de otros procedimientos toda la parte relativa a instalaciones y arquitectura. Con todo, el calendario se encuentra más que ajustado ante la posibilidad de que surja algún imprevisto en el desarrollo de los trabajos.

La posición adoptada por el Ayuntamiento pilla por sorpresa a los responsables de la Administración regional, que vienen defendiendo desde el primero momento que los desvíos de tráfico en la Avenida de Andalucía y de la Alameda son complementarios. De hecho, el diseño de los mismos, aunque toquen a dos tramos diferentes del proyecto ferroviario, se hizo con esa previsión, al objeto de hacer compatibles en el tiempo ambas intervenciones. Algo que ahora no ven en el seno del Consistorio. Una muestra de ello es que la pasada semana, en la primera reunión celebrada sobre la ordenación del tramo en cuestión, diversas áreas municipales se comprometieron a enviar por escrito las observaciones que hacen a la planificación de tráfico inicialmente realizada.

Estos peros ahora puestos sobre la mesa se suman a las advertencias ya lanzadas por De la Torre sobre el trazado en superficie desde la estación Guadalmedina hasta el entorno de los hospitales Materno Infantil y Civil. El alcalde es contundente al aseverar que no dará el ok a esta intervención, igualmente clave para garantizar la viabilidad del suburbano, si los vecinos del entorno afectado por el recorrido no dan su visto bueno.