Málaga

De la Torre presume de liderar un Ayuntamiento libre de corrupción

  • Afirma, "con prudencia a la vez que tímido orgullo", que en el Consistorio "no ha habido ni un solo caso" Saca pecho y le espeta a Gámez: "Encuentre un alcalde más ejemplar que éste"

El Debate del Estado de la Ciudad del año pasado, el décimo en la historia reciente del Ayuntamiento de Málaga, fue el de Limasa y el de la huelga de basura; el de ayer, en su undécima edición, lo fue el del intento del alcalde, Francisco de la Torre, por salvar su imagen ante la "desafección" que se extiende entre la ciudadanía ante la política y los políticos. A poco más de cinco meses para las elecciones municipales de 2015, el también candidato del PP a la reelección, se postuló como alcalde "ejemplar" y como máximo mandatario de una institución limpia de corrupción.

Frente a lo que viene ocurriendo en otras administraciones, destacó la ausencia de "un solo caso de corrupción" en el Consistorio, fenómeno que, reconoció, incide en el creciente distanciamiento de la ciudadanía. La carga simbólica del mensaje, en una primera intervención que se alargó una hora y veinte minutos, evidenciaba la proximidad de la cita con las urnas y el peso que los votantes parecen dar en este momento a la imagen de los representantes. La línea seguida por el regidor fue continuada en sus turnos de palabra por los portavoces municipales, si bien, como ocurrió con la voz del PSOE, María Gámez, para apuntar a De la Torre como contribuyente a ese alejamiento. Una acusación a la que el alcalde le contestó: "Encuentre un alcalde más ejemplar que éste". Que además, apuntó, "viaja en clase turista" y que traba "muchas horas, todos los días de la semana, todas las semanas del año".

El dirigente popular remachó su apuesta por hacer más transparente la gestión del Consistorio, anunciando la próxima aprobación de una ordenanza que regule esta figura, y recordando que frente a las iniciativas ahora impulsadas, por ejemplo por el Gobierno central, el Ayuntamiento ya cuenta con un portal de transparencia. "Sigo apostando por la honestidad de los empleados y cargos públicos de este Ayuntamiento y seguiremos luchando para que la transparencia venza a la alarma social que tanto desapego está generando en el seno de nuestra ciudadanía hacia la clase política y los gestores de lo público", apostilló.

En esta línea argumental, tildó de "imprudente" y "temerario" que se ponga en duda la consolidación de la democracia española y que se quiera "poner el contador a cero en los consensos que permitieron dotarnos de una Constitución de todos y para todos". "Tenemos una ingente tarea por delante para recomponer la confianza, pero eso no justifica demoler lo construido", subrayó.

Su discurso, más allá de las alusiones a la corrupción, volvió a estar impreso sobre la base de los logros cosechados a lo largo del presente mandato, al punto de haber convertido a Málaga en una urbe "de moda", reconocida en el exterior, y asentada en la cultura y la innovación.

Alejado de cualquier autocrítica, el regidor subrayó la apuesta municipal por la apertura de nuevos museos, caso del Centro Pompidou y el Arte Ruso, como piezas de desarrollo económico y creación de empleo. Para sustentar su afirmación, aludió a las primeras conclusiones del estudio encargado a la empresa Euren para poner números al efecto de los equipamientos ya existentes. El Museo Picasso, el CAC, la Casa Natal, el MIMA, el Mupam, el Thyssen y el Revello de Toro, con sus 1,25 millones de visitantes, generan 422 empleos directos, 1.621 indirectos y un efecto en la producción superior a los 81 millones de euros, según el trabajo de análisis.

La economía fue otro de los campos en los que sustanció la labor municipal. Si bien rebajó la capacidad real del Ayuntamiento para actuar contra el desempleo, sí enfatizó el papel que juega para evitar "la asfixia" de las empresas, al pagar los servicios prestados con un tiempo medio de 21 días. "Somos la segunda ciudad española que mejor paga", dijo, situando en 269 millones los abonados a los 7.500 proveedores del Consistorio hasta el 1 de diciembre pasado.

A pesar de la precaria situación por la que atraviesan miles de familias en la capital, consideró que "hay motivos para la esperanza" tras observar una ligera caída en el paro en los últimos meses. "Las cosas pueden ir mejor si ponemos todos los medios a nuestro alcance", añadió. Y denunció el "lastre" que supone para la labor municipal para luchar contra el paro la paralización del proceso de descentralización de competencias. Un estancamiento del que acusó directamente a "una visión cicatera de la gestión de las políticas públicas, que muy especialmente en materia de empleo y en Andalucía, ha llevado a una falsa y perversa simbiosis entre los intereses generales de la ciudadanía y sus problemas cotidianos, y los intereses partidistas de quienes dirigen las instituciones desde hace más de 30 años". En este punto, sacó a relucir la "nefasta" gestión de los fondos europeos de formación y empleo, subrayando el "reparto discrecional" seguido en la política de empleo.

En su estrategia de agravio, menos gruesa que en otras ediciones del Debate del Estado de la Ciudad, no desaprovechó la oportunidad para recordar, nuevamente, la negativa de la Junta a aceptar la propuesta municipal de participar en la futura gestión del Museo de Bellas Artes en la Aduana.

En oposición a esta línea de denuncia, llamó a la colaboración institucional y reclamó que las "prioridades de otras administraciones se alineen para facilitar el cambio de modelo productivo que garantice el futuro de nuestra ciudad". "Estamos ante una Málaga más potente que hace unos años y con una perspectiva más positiva de crecimiento económico", manifestó, mostrándose seguro del "buen presente" ante el que está la urbe y de su "espléndido futuro".

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