El periodista Thomas Urban escribe en la publicación alemana Süddeutsche Zeitung que si bien Málaga ha sido durante mucho tiempo solo mar, flamenco y vino dulce, “ahora cada vez más personas están trabajando en las tecnologías del futuro digital”. Lo que fue durante décadas del pasado siglo XX un centro turístico de masas se ha reconvertido tanto en una potencia cultural con la creación de numerosos museos y sedes de importantes entidades culturales –el Centre Pompidou y el Museo Ruso de San Petesburgo, entre ellos– como un polo que atrae cada vez más a expertos y compañías tecnológicas.

Y a la cabeza de esta reconversión se encuentra, según cita Urban, el PTA, que ya cuenta con “más de 600 compañías, un total de 18,000 empleados y, hasta el momento, 800 millones de euros en investigación invertidos”.

Explica el artículo aparecido en la publicación germana que 60 empresas internacionales del sector de las nuevas tecnologías han establecido sucursales en Málaga. “La ciudad está creciendo en popularidad entre sus empleados”, apunta Marc Sanderson, director técnico de la Oficina de Captación de Inversión Internacional del Ayuntamiento de Málaga. Ya hay 5.000 especialistas extranjeros y la tendencia va en aumento, según explica Urban en el artículo. 

“La ciudad portuaria tiene ahora una mayor demanda que Barcelona, hasta ahora considerada la ciudad principal para captar este tipo de industria”, comenta. La masificación turística, el encarecimiento de los precios, el aumento del bullicio y del ruido han hecho que Barcelona ya se sitúe por debajo de Málaga en cuanto a instalación de nuevas sedes de empresas del sector tecnológico.

De Oracle e IBM a Huawei

Ya operan desde Málaga el proveedor de software Oracle, al igual que IBM, Siemens, Vodafone, la compañía sueca de telecomunicaciones Ericsson y sus competidores de China y Japón, Huawei y Fujitsu. Algunas de ellas en el Green Ray, edificio que comparten la UMA y el PTA.

Incluso la Universidad de Harvard tiene en la capital de la Costa del Sol un departamento de su centro de investigación para la sostenibilidad tecnológica, destaca el artículo del Süddeutsche Zeitung. El Dekra, bien conocido por los conductores alemanes por sus inspecciones técnicas en competencia con el TÜV, cuenta con una sucursal de 300 empleados, especializada en la certificación de equipos de Wi-Fi y de telecomunicaciones, agrega el reportaje.

"El año pasado la industria tecnológica generó ventas por 3.800 millones de euros, una quinta parte de la producción total de la ciudad"

“El año pasado, la industria tecnológica generó ventas por 3.800 millones de euros, lo cual representan ya una quinta parte de la producción económica total de la ciudad”, escribe Thomas Urban. Y hace referencia a la reunión regular de expertos internacionales y altos directivos que recibió el nombre de Malaga Valley.

El buen clima, las dimensiones de una ciudad aún amable, los precios y las buenas conexiones de la ciudad y su aeropuerto, con vuelos directos a 130 destinos, garantizan a empresas extranjeras y a sus empleados una buena calidad de vida aquí. El que existan 13 colegios internacionales, incluida la Escuela Alemana de Málaga, es otro argumento para que los expertos vengan con sus familias a la Costa del Sol, según refiere el periodista alemán.

Lourdes Cruz, directora de Inversiones del Parque Tecnológico, considera que “continuamos creando las condiciones ideales para que se sigan dando en Málaga los destellos verdes de inspiración”. Y el artículo también menciona el Polo Digital creado en Tabacalera cuyos laboratorios se especializan principalmente en tecnología de cine y vídeo, además de los nuevos conceptos desarrollados en torno a las ciudades inteligentes.

Y si esta es una de las principales revoluciones tras la industria manufacturera y el turismo de masas, la otra ha sido la cultural. El reportaje del Süddeutsche Zeitung destaca cómo desde 2003, año en el que abrió el Museo Picasso Málaga, la ciudad se ha colocado en el ranking internacional para aquellos que buscan mucho más que sol, playa y vino dulce.