Casi a regañadientes, el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, acabó por comprometerse ayer en el Pleno a consultar a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía sobre la posibilidad de demoler el Astoria y el Victoria sin necesidad de que exista un proyecto definitivo de edificación para la manzana. El gesto se produjo después de que pusiese en duda la legalidad de autorizar una intervención de esa índole sólo con la propuesta de un uso transitorio, hasta tanto en cuanto se falla el concurso de ideas planteado por el Ayuntamiento para decidir el futuro de este espacio y que sigue pendiente de ser convocado.

A pesar de sus reticencias, el PP volvió a apoyar, como ya lo hiciera a finales del año pasado, la petición de la oposición para que la manzana sea derribada "lo antes posible". Incluso, Pomares dio a entender que serán los vecinos los que acabarán por decidir cuál de las propuestas que se presenten al concurso de ideas es la que debe plasmarse sobre el terreno.

Uno de los proponentes de la iniciativa, Juan Cassá, portavoz de Ciudadanos, fue contundente al denunciar cómo el edificio "se cae a pedazos", señalando lo sucedido el pasado Lunes Santo, cuanto trozos de una cornisa provocaron la intervención de Bomberos. Asimismo, denunció la "nefasta" inversión que supuso la compra de la manzana, por 21 millones de euros. El portavoz de IU-Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, incidió en la necesidad de "sacar del abandono un edifico tan central como éste".

Mientras que el concejal del PSOE Daniel Pérez aseguró que Cultura autorizaría un proyecto intermedio en la parcela siempre que el mismo no supusiese erosión del suelo, es decir, que no necesitase de la realización de catas arqueológicas. Ysabel Torralbo, de Málaga Ahora, apostó por actuar "ya" y si no se puede directamente con la demolición de los inmuebles, sí con actuaciones para garantizar su seguridad.