¿quién le pone el cascabel a Cabriel, 27? Este fue el titular de una crónica publicada por este periódico el 22 de febrero de 2014, en la que se relataba como siete años después de que un incendio pusiese el foco sobre la situación de deterioro e ilegalidad que afectaba a este bloque de La Palma, las administraciones seguían sin haber encontrado una vía de solución. Cuatro años después de ese artículo, parece que va a ser definitivamente el Ayuntamiento de la capital el que acabe poniéndole el cascabel.

La Administración local, que a finales de 2016 dio a conocer un plan con el que transformar el inmueble y recuperarlo para usos residenciales, sociales y culturales, acaba de dar un nuevo paso en esta senda. La Gerencia de Urbanismo activa la declaración del incumplimiento de la función social, fórmula que le habilita para hacerse con su propiedad.

De ello se daba cuenta ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE), en el que se publicaba el anuncio de notificación dando traslado de este decreto, que tiene fecha de 14 de mayo de 2018, dado que los destinatarios del mismo son "desconocidos" o bien se ignora el medio o lugar de notificación personal o, bien intentada la misma, no se ha podido practicar. Una vez publicado, los posibles interesados y afectados podrán presentar cuantas alegaciones, documentos y recursos estimen oportunos en el plazo de 15 días, "todo ello como trámite previo a la resolución definitiva que se adopte".

"Hemos estado comunicando a los inquilinos y a los propietarios que hemos localizado nuestra intención de expropiar el edificio", explicó el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, quien incidió en que el objetivo es convertir "un símbolo sobre el que pesa una historia un tanto negra en un símbolo positivo del barrio". El procedimiento de enajenación se alargará lo que resta de año, previéndose el avance en la intervención en 2019. Los costes de rehabilitación se calculan en unos 4 millones de euros.

Este avance coincide con la adjudicación por parte del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) al arquitecto Manuel Navarro de la redacción del proyecto de rehabilitación de Cabriel, 27, con el fin de convertirlo en un edificio híbrido de equipamiento comunitario, alojamientos públicos en alquiler rotacional e instalaciones para asistencia social, asociaciones y el propio Ayuntamiento. Según el estudio, un tercio de los pisos "está desocupado y otros ocupados ilegalmente" y relata "la degradación palpable", con "conexiones eléctricas directamente de la línea troncal e incluso viviendas ocupadas que carecen de agua".

"El objetivo es encontrar un dinamizador urbano que apoye la regeneración social", expone el estudio, que contempla usos por plantas. En las primeras, se opta por una actividad dedicada a las personas con problemas específicos, así como de apoyo a menores, familias e inmigrantes. "Se continúa con el aspecto productivo en los espacios destinados a la generación y fomento del empleo y de la cultura emprendedora, con espacios destinados a la formación y al apoyo a nuevos emprendedores; seguimos subiendo y llegamos a la parte de ocio y juventud, con talleres de potenciarán nuestras cualidades individuales y de grupo", agrega. Y para terminar, la zona de alojamientos, "empezando por los mayores (...) y continuando con los jóvenes emprendedores". En la azotea se dibuja un sector de sociabilización de los alojamientos rotacionales y un huerto urbano.