Málaga

La acuicultura ecológica como yacimiento de empleo

  • Este tipo de producciones ha crecido de forma importante en la última década y permite evitar la sobreexplotación de caladeros · Doradas y lubinas son los productos estrella

La acuicultura sostenible y ecológica es una actividad relativamente joven, pero que en los últimos diez años ha manifestado un crecimiento considerable. No es sólo una alternativa a la sobreexplotación de los caladeros, sino que además de ser garante del medio ambiente se apoya en pilares económicos y sociales. Esta actividad comienza a ser tan rentable como la de la telefonía móvil y ofrece nuevas posibilidades laborales. En el mundo 44 millones de personas viven de ella. Cada empleo de éstos genera otros tres secundarios y otras tres personas del entorno viven de él.

Estos datos se pudieron conocer ayer en las Jornadas de Acuicultura Sostenible y Ecológica organizados por la Fundación Biodiversidad y el Observatorio Español de Acuicultura, dependientes del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino en colaboración con la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Torrox. Ana Leiva, directora de la Fundación Biodiversidad, explicó durante la presentación el proyecto Aquanostrum que se está desarrollando en el litoral malagueño junto a la Diputación y la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental. Se trata de un plan de empleo y capacitación para la promoción de la acuicultura sostenible y ecológica. Más de 240 cursos destinados a más de 9.000 personas que "quieran cambiar su actividad económica o la orientación de su empresa".

El proyecto, que tiene una duración de 20 meses, según dijo Leiva, pretende impulsar el sector de la acuicultura de una forma sostenible. "Esto tiene que ver con todas las fases. Desde la producción al consumo. Hay que concienciar al ciudadano de comer el pescado que se produce en su tierra y que los restaurantes lo ofrezcan a los turistas", indicó la directora de la Fundación Biodiversidad, quien destacó la importancia que tiene apoyar los mercados locales en los que no se producen daños medioambientales.

"No sólo se trata de aliviar la presión de la flota pesquera sobre el mar, sino que además esta actividad conlleva muchos empleos asociados que van desde la creación de marcas, marketing y divulgación, gastronómicos o turísticos", amplió Leiva, quien puso como ejemplo la posibilidad de organizar a los visitantes del litoral rutas para ver las bateas donde se crían los mejillones o las jaulas de los peces.

Por su parte, Francisco Javier Remiro, director de la Fundación Oesa, recalcó la importancia que tiene la acuicultura sostenible como motor económico, ambiental y social. "No es que estos productos tengan un sello o un certificado donde ponga sostenible, lo son por los procesos por los que pasa. Tienen mayor calidad, son más seguros, más baratos, respetuosos con el medio ambiente y generan empleo", apuntó. "Es muy importante que el consumidor los diferencie de los que vienen de terceros países, si no no sirve de nada. Apostar por los productos locales es un valor añadido", agregó Remiro, quien habló de la idoneidad que tiene la costa andaluza para este tipo de cultivos tanto por la temperatura del agua como por las corrientes.

Actualmente, se trabaja con doradas y lubinas y se están introduciendo las corvinas. "Es una alternativa a la sobrexplotación de los caladeros y es necesaria para apoyar la recuperación de muchas especies. También es importante para la conservación de otras a través del cultivo humano. En cinco años, por ejemplo, se podrá criar el atún rojo", comentó el director de la Fundación Oesa.

A las jornadas también acudió la delegada provincial de Agricultura y Pesca, Mónica Bermúdez, quien mostró su apoyo a la acuicultura ecológica "para el mantenimiento y mejora del medio marino" además de "ofrecer nuevos recursos económicos". La representante autonómica confió en que este sector emergente cuente con iniciativas públicas y privadas que lo afiancen. Según explicó, en Andalucía existen 180 industrias y se crían 11 cultivos diferentes. Un centenar de empresas los explotan y producen 7.000 toneladas. En Málaga, son 580 toneladas, de las que 300 son de mejillones y el resto de dorada. Mientras que en Andalucía se han creado a través de la acuicultura 600 puestos de trabajo, en esta provincia sólo se han generado 23.

Por su parte, José Antonio Pendón, director del Área de Sostenibilidad de la Diputación también respaldó este tipo de iniciativas que por un lado son "generadoras de empleo" y por otro "contribuyen a la conservación del medio ambiente".

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