El aeropuerto de Málaga-Costa del Sol contabilizará durante la Semana Santa, desde este viernes, 26 de marzo, y hasta el lunes 5 de abril, un total de 1.006 vuelos, entre llegadas y salidas, lo que supone una caída del 78% con respecto al mismo periodo de 2019, cuando la pandemia del Covid-19 aún no había irrumpido en el mundo.

Del total de vuelos que pasarán por las instalaciones aeroportuarias malagueñas en los próximos once días, aproximadamente la mitad, 503, serán llegadas, según los datos aportados por Aena a Europa Press.

Del millar de operaciones, 382 son nacionales, un 56% menos que en la Semana Santa de 2019; y 624 son internacionales, un 84 por ciento menos que en la Semana Santa de 2019.

En este sentido, el día de mayor tráfico en el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol será el Viernes Santo, 2 de abril, con 122 operaciones, entre llegadas (61) y salidas (61). El de menor, el Martes Santo, con 62 vuelos totales (31 llegadas y 31 salidas).

En la red de Aena el número de operaciones totales ascenderá en Semana Santa a 18.100, esto supone un descenso del 70% con respecto al mismo periodo de 2019. Del total, la mitad, unas 9.000 serán llegadas. El número de vuelos corresponde a datos de programación de las compañías aéreas por lo que pueden estar sujetos a cambios.

Los pasajeros de vuelos internacionales tienen que traer al destino una PCR negativa, tal y como estableció el Ministerio de Sanidad desde el 23 de noviembre de 2020. Así, todos aquellos pasajeros que procedan de un país/zona de riesgo en relación con coronavirus SARS-CoV-2, tienen que presentar obligatoriamente, para poder entrar en España, un certificado con resultado negativo PCR, realizado dentro de las 72 horas previas a su llegada a España.

Desde el día 10 de diciembre del 2020, se incorporaron otras pruebas basadas en técnicas moleculares equivalentes. Además, desde esa misma fecha, los niños menores de 6 años están exceptuados de la realización de Pruebas Diagnósticas de Infección Activa para SARS-CoV-2, para poder entrar en España.

Este certificado o documento acreditativo debe ser original, estar redactado en español, inglés, francés o alemán y puede ser presentado en formato papel o electrónico. En el caso de no ser posible obtenerlo en estos idiomas, el documento acreditativo deberá ir acompañado de una traducción al español, realizada por un organismo oficial.