temporal

El agua 'pinta' el paisaje de bellas estampas

  • Nacimientos secos han vuelto a brotar y los arroyos se han llenado

  • Lagunas temporales han aparecido y pantanos frustrados acumulan gran cantidad de agua

Agua del nacimiento de Cascajales a su paso por la barriada de la Estación de Benaoján.

Agua del nacimiento de Cascajales a su paso por la barriada de la Estación de Benaoján. / reportaje gráfico: javier flores

Las precipitaciones han provocando un profundo cambio en el paisaje en las zonas a las que llegaron con mayor abundancia, como fue el caso de la Serranía de Ronda, zona en la que algunas localidades superaron los 100 litros por metro cuadrado. Arroyos que llevan mucho tiempo seco han vuelto a llevar agua, lagunas que hacía años que no se formaban han vuelto a aparecer y los ríos crecidos están dejando estampas de gran belleza, lejos del peligro que este aspecto generó en los momentos de mayor crecida.

El nacimiento de Cascajales en la Estación de Benaoján vuelve a ofrecer su típica imagen de sus cataratas mientras sus aguas bravas se precipitan ladera abajo entre viviendas para buscar el cauce del ahora muy caudaloso río Guadiaro, que también deja bellas estampas en sus cascadas, aunque sus vecinos siguen pendientes de su nivel ante el anuncio de nuevas lluvias para estos días. Muy cerca del nacimiento de Benaoján, el frustrado pantano de Montajaque ofrece nuevamente una imagen que hacía años que no mostraba, al acumular una gran cantidad de agua en lo que quiso ser una presa que nunca llegó a ser una realidad por los problemas de filtraciones de su terreno. Un agua que también llegará el río Guadiaro desde la Cueva del Gato, que también presenta una imagen espectacular en su boca de salida, aunque el acceso tuvo que ser cortado por la inundación del camino para llegar a la misma.

Por su parte, en el Valle del Genal el nacimiento de del río que le da nombre, situado en Igualeja, también presenta una imagen poco habitual en los últimos años por las escasas precipitaciones, llevando en estos momentos una gran cantidad de agua. En la propia Ronda, la crecida del río Guadalevín, aunque ayer disminuyó de forma notable el caudal de agua, sigue ofreciendo espectaculares imágenes al paso por el Tajo rondeño, en una garganta que divide en dos a la ciudad y que está salvada por tres puentes que ayer hacían las veces de mirador del espectáculo del agua. Otros aprovecharon para bajar a la parte baja de la garganta y así poder ver desde una perspectiva diferente las cascadas de agua con el marco del Puente Nuevo de fondo. Una imagen que se repetía en diferentes zonas en las que la crecida de los ríos han llegado de agua y verde un paisaje que comenzaba a tornarse amarillo y ocre.

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