El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, utilizó el último Debate sobre el Estado de la Ciudad previo a las elecciones municipales de 2011 para defender la gestión del equipo de gobierno en el presente mandato y extender el balance a sus diez años como máximo mandatario, periodo en el que, según reconoció, ha dispuesto de unos 2.000 millones en inversiones. "La tarea desarrollada en estos 16 años (periodo de gobierno del PP) de impulsar y desarrollar las potencialidades de Málaga y posicionarla como ciudad referencia en cultura, turismo y nuevas tecnologías está dando sus frutos reales, no brotes verdes, y continuaremos impulsándola", declaró.

En sus tres intervenciones en la sesión, que se prolongó unas cuatro horas, el regidor volvió a responsabilizar a las administraciones central y regional de buena parte de los males que sufre la capital, con mención a la rebaja de aportaciones económicas por parte del Estado, de unos 49 millones, y el retraso acumulado en la aprobación del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), en lo que consideró un intento por "fastidiar" a Málaga.

Frente a ello, una sola autocrítica, relativa al fracaso del plan de guarderías, que contemplaba 15 equipamientos, si bien ello mismo lo justificó en el efecto de la crisis sobre las empresas interesadas y la ausencia de plazas concertadas del Gobierno autonómico. De la Torre optó por realizar un extenso y aburrido repaso a todas y cada una de las acciones impulsadas por el gobierno local, extremo criticado por la oposición, que comparó al regidor con "un contable".

A diferencia de años pasados, eludió sacarse de la manga un anuncio de cierta relevancia, algo que justificó en su negativa a "caer en la fácil tentación de la carrera preelectoral de promesas". En esta ocasión no prometió la compra de un edificio, la creación de una empresa para hacer VPO o una exposición internacional, actuaciones sobre las que dijo: "No renuncio a nada de lo prometido".

Pese a estos incumplimientos, fue taxativo: "Málaga es una gran ciudad española, europea e internacional". Un mensaje al que sumó su valoración sobre el trabajo del equipo de gobierno, cuyo balance tildó de "muy satisfactorio". "No encuentro ningún ayuntamiento que con tan pocos recursos haya hecho tanto", sentenció.

En este apunte económico, recordó que frente a las acciones de las otras administraciones, el Consistorio viene aplicando desde 2008 un plan de austeridad que le ha permitido ahorrar 132 millones en salarios, gastos corrientes y liquidaciones de presupuestos. Un trabajo "bien hecho" que permitirá encarar los años próximos, "que serán difíciles", "bajo el doble prisma del realismo y el ahorro, por un lado, y el esfuerzo inversor y el compromiso con la ciudad, de otro". Asimismo, ensalzó que el Consistorio mantiene sus pagos a proveedores (8.500 empresas) con una política fiscal baja.

Sí aprovechó para poner sobre la mesa algunas líneas en las que trabajar a partir del próximo año. Entre las novedades, aludió a su intención de proyectar la marca Málaga como "ciudad tecnológica de primer orden" no solamente en Norteamérica sino también en los países asiáticos "punteros", como China, Japón, Corea e India. "Queremos captar talento en esa zona emergente", apostilló.

Tuvo palabras para el que fuera su último gran anuncio en el Debate del Estado de la Ciudad, la compra de los antiguos cines Astoria y Victoria. Si en su primera intervención dijo que la adquisición de este edificio "ha sido prolija y dificultosa", después admitió que la operación aún no está cerrada y que "se encuentra en los últimos días". De hecho, dio por sentado que no será hasta 2011 cuando el Ayuntamiento disponga de la finca.

A la espera de definir el uso final, anunció que con carácter "prácticamente inmediato", la manzana, que costará 21 millones de euros (10 en metálico y el resto en suelo) albergará actividades vinculadas a la Fundación Málaga Ciudad Cultural, "para brindar espacio al trabajo y la creación de artistas plásticos locales y foráneos".

Su insistencia en mantener viva la llama de este organismo quedó patente en su discurso, decisión que, apuntó, "no ha sido comprendida desde la oposición y por agentes y comentaristas locales". Al tiempo que admitió como "un innegable traspiés" que Málaga fuese apeada del camino para ser capitalidad cultural en 2016, confirmó que seguirá marchando para desarrollar alguno de los proyectos previstos, como la recuperación de solares para uso cultural y el impulso al denominado Mercado de las Artes, reutilizando para ello el antiguo mercado provisional de Atarzanas, en la calle Camas.

La tercera aportación fue la relativa al Soho. Sobre ello, anunció que en una o dos semanas se presentará un plan municipal de actuación en lo que denominó el barrio de las artes, que arrancará en 2011 con una primera fase y algo más de un millón de euros.

A ello sumó su defensa de la labor cultural y turística que se viene desarrollando en los últimos años, con los museos Revello de Toro, Thyssen, de los automóviles o las gemas como exponentes, lo que permite, a su vez, un crecimiento de Málaga como destino turístico. Y habló de la limpieza como "una batalla" en la que el Ayuntamiento nunca conseguirá "una victoria definitiva" si no es con el "decidido" apoyo de la ciudadanía.

"Dejando de lado el topicazo del victimismo, tengo que recordar que este esfuerzo solo será posible si la Junta cumple su promesa de aprobar el PGOU antes de final de año, pues buena parte de la financiación de esas y otras actuaciones serán posibles bajo ese supuesto", afirmó el regidor, quien señaló como prioridades el bulevar sobre el soterramiento del AVE, que recibirá 6 millones en 2011, y la mejora de Carretera de Cádiz, actuación que le sirvió para lanzar un dardo a su contrincante en la pugna electoral, María Gámez. "La delegada y candidata socialista ha dejado claro que de lo prometido nada".