Málaga

El alcalde que se puso a hacer un cortafuegos con sus vecinos frente al incendio en Sierra Bermeja

Cortafuegos para defender Benarrabá

Cortafuegos para defender Benarrabá / M.H. (Benarrabá)

Algunos vecinos de Benarrabá todavía tienen en su memoria el gran incendio que estuvo cerca de alcanzar la localidad en la década de los noventa y desde el domingo tenían esa imagen todavía más presente ante el rápido avance de las llamas hacia su pueblo. Ante la inquietud que se había instalado en la población el alcalde, Silvestre Barroso, se puso al frente de un grupo de voluntarios que aprovechando la calma de la mañana bajaron hacia la zona próxima al río Genal para reproducir el cortafuegos que ya hicieron en el pasado y con el que lograron frenar el avance de las llamas y salvar el monte del municipio y el propio pueblo.

Un trabajo que se prolongó desde primera hora de la mañana hasta que las condiciones del viento cambiaron y los frente nuevamente se dirigían hacia la localidad, por lo que decidieron replegar al personal y la maquinaria que utilizaron antes de que pudiese crearse alguna situación de peligro. “El fuego está todavía muy lejos, pero al cambiar el viento y empezar a llegar más humo hemos decidido venirnos para evitar cualquier tipo de problema”, explicaba uno de los voluntarios mientras se tomaba un café en uno de los bares de Benarrabá para reponer fuerzas.

No obstante, durante el tiempo que la condiciones meteorológicas les dejaron trabajar aseguraron que “habían hecho una gran cantidad de metros, no sabría decir cuántos, pero hemos andado mucho”, explicaba otro de los voluntarios. Eso sí, la mayoría expresaban su deseo de que no hubiese que utilizar la raya (nombre que se otorga en la zona a los cortafuegos) como última línea de defensa de la localidad, ya que el río es la última defensa natural que quedaba.

Incendio frente a Benarrabá Incendio frente a Benarrabá

Incendio frente a Benarrabá / Javier Flores (Benarrabá)

Tras finalizar del trabajo muchos de ellos volvían a mirar con preocupación hacia el frente que estaba generando una gran cantidad de humo que parecía que tomaba fuerza una vez que se aproximaba la noche.Mientras tanto, el alcalde del municipio, Silvestre Barroso, reconocía que “tranquilos no estamos”, y es que al llegar la noche y debido al fuerte viento reinante se volvía a ver las llamas. “Tendremos que dormir otra vez con el teléfono en la mesilla de noche”, afirmó el regidor. Una sensación que compartían sus vecinos, que durante toda la jornada de ayer hacían continuadas visitas a los miradores desde los que se podía ver el frente del incendio y observar la evolución del mismo.

Era el caso de Fernando, que desde las proximidades del hotel del municipio miraba hacia la zona en la que se estaba originando un reproducción y que estaba muy cerca de su finca que ayer en el último momento se había salvado de ser pasto de las llamas. “Vamos a ver cómo termina la cosa, si sigue hacia abajo llegaría a lo mío”, explicaba mientras señalaba la ladera en la que se encuentra su propiedad.

Sin terminar su explicación recibía una llamada de su cuñado, propietario de otra finca en el mismo lugar, para interesarse por la situación del fuego y ya había llegado a su propiedad, ya que se marcharon de la misma ante el avance de las llamas hace unos días y ahora están fuera de la localidad. Las noticias que les transmitían eran buenas, todavía tampoco les afectaron las llamas, aunque la amenaza seguía.

Tras un tiempo de incertidumbre en el que las llamas tomaron fuerza llegó el ataque desde el aire que puso un poco de tranquilidad. Tres helicópteros arremetían una y otra vez contra la reproducción y también recibían el apoyo de una avioneta que realizó una descarga de retardante para apoyar el trabajo de los helicópteros.

Vecinos observando el incendio Vecinos observando el incendio

Vecinos observando el incendio / Javier Flores (Benarrabá)

Poco a poco se recuperó la calma tensa de la mañana, aunque con la llegada de la tarde el viento comenzó a soplar con mayor fuerza y la inquietud volvía a recobrar vida en una localidad que también es refugio para parte de los vecinos de los municipios que fueron desalojados de sus poblaciones para la proximidad de las llamas.

Unas miradas que no eran exclusivas de los vecinos de Benarrabá. Y es que los diferentes miradores de la carretera entre Ronda y Gaucín desde los que se podía ver el incendio estaban frecuentados por vecinos que buscaban tener una visión directa. Especialmente concurridos se encontraban los próximos a Gaucín, ya que desde esta localidad se podía ver uno de los frentes más activos y las sierras quemadas que estaban humeantes dejaban ver la gran magnitud del fuego que ya devoró buena parte de Sierra Bermeja y parte del Valle del Genal y su apreciado bosque de castaños.

Mientras tanto en la vecina localidad de Algatocín, a la que también se trasladaron parte de los evacuados, la normalidad volvía a ser la tónica predominante, aunque seguían instaladas las camas en la Casa de la Juventud por si fuese necesario utilizarlas.

Y es que los últimos evacuados decidieron trasladarse a Ronda una vez que la gran mayoría habían ido buscando casas de amigos o familiares a la espera de poder volver a sus casas.

También en el polideportivo habilitado por el Ayuntamiento de Ronda la actividad fue muy inferior a la jornada del domingo, ya que de las más de 100 personas que se atendieron en un primer momento ayer tan solo regresaron unas 30.

Incendio en las últimas sierras antes de llegar a Benarrabá Incendio en las últimas sierras antes de llegar a Benarrabá

Incendio en las últimas sierras antes de llegar a Benarrabá / Javier Flores (Benarrabá)

Y es que desde el Ayuntamiento de Ronda se gestionó con hoteles, residencias y casas rurales el realojo de los desalojados de sus municipios para que no tuviesen que dormir en las camas habilitadas por parte de Cruz Roja en el mismo pabellón y así poder tener unas mejores condiciones para pasar la noche.

Todo ello mientras en toda la Serranía se seguía mirando al cielo que solo dejó durante la jornada de ayer algunas gotas sobre la zona del fuego, a la espera de la previsión de lluvia que existe para hoy.

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