El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, sigue sin aclarar cuál va a ser la posición final del Ayuntamiento en el debate sobre el Metro en superficie hasta el Hospital Civil. A pesar de conocer ayer de primera mano que la mayoría de los colectivos vecinales de Bailén-Miraflores se opone a la propuesta de la Junta de Andalucía de alcanzar la zona norte con un tranvía, el regidor sigue sin concretar el sentido de su determinación.

Tras el encuentro con una docena de estas organizaciones, sólo parecía claro que sigue defendiendo la opción del Metro-bus y que no descarta abiertamente el tranvía pero tampoco lo apoya. Pareciera que en un intento por apurar al máximo el tiempo, De la Torre anunció ayer su intención de acudir a la reunión de este lunes con la propuesta de que sea una comisión de expertos independientes la que se encargue de analizar las dos alternativas y se decanten por ella tomando en consideración las cuestiones económicas, técnicas y urbanísticas.

"Eso debería ser suficiente para tranquilizar al BEI (Banco Europeo de Inversiones (BEI) y a la concesionaria; pero tiene que estar de acuerdo todo el mundo", indicó. Y ello es poco probable después de que el pasado jueves el delegado de Fomento, Manuel García, cerrase la puerta a hablar de cualquier cosa que no sea el Metro en superficie.

En este sentido, su plan es que tanto la Junta como el Ayuntamiento se comprometan a tener en cuenta el fallo de los expertos, que podrían fallar "en cuatro o cinco días". Sea como fuere, incluso teniendo el aval de los vecinos, el mensaje que lanzó ayer el alcalde dista de una oposición radical al Metro a ras de calle.

Quizá porque toma conciencia de la trascendencia de una posible oposición al mismo. "Es importante la opinión de los vecinos, pero no puedo olvidar que si es cierto lo que dicen, que es necesario tener un tema conformado para que haya una financiación que permita mantener la empresa, es un elemento de presión; estamos entre la espada y la pared", comentó, al tiempo que ensalzó la disposición municipal a contar con los vecinos.

De hecho, mostró su intención de que el sentir ciudadano "esté matizado lo más posible y trataré de insistir en la posición de que es de sentido común el plantear una comisión de expertos que analice la mejor solución". "Todo esto es compatible con lo que hablé con la presidenta (en alusión a Susana Díaz), con la que trataré de hablar este fin de semana", informó. Y fue contundente al asegurar: "Mi obligación no es sacar las castañas del fuego a aquellos que se están quemando, y la Junta, con el tema de la concesión se ha quemado".

Los representantes vecinales que participaron en el encuentro, que se alargó durante algo más de dos horas, señalaron que el alcalde, en su intervención, incidió en que la posición de la Administración regional es rígida respecto al Metro en superficie y aludió a que su no ejecución podría afectar al resto del proyecto. "Que al final el Metro depende de los vecinos de aquí... Para un poco rollo eso", comentó Juan Romero, presidente de la Asociación de Vecinos Trinidad.

Su respuesta es negativa al tranvía, como lo es también la de Guillermo Jáuregui, presidente de la Asociación de Vecinos Gamarra. "Me opongo a que el Metro pase por Eugenio Gross porque nos taparía todas las salidas que hay; le he dicho al alcalde que no, pero si el alcalde al final dice que sí tendrá sus razones", explicó.

Al tiempo que Guillermo da sus argumentos, Charo Lobato, presidenta de la Asociación de Mujeres Jarcha, afirma: "Al final nos lo vamos a tener que tragar; todos estamos en contra, pero nos lo vamos a comer con patatas". Más rotunda en contra del Metro en superficie es Maribel Bueno, presidenta de la Asociación de Vecinos Miraflores. "Es la burrada de las burradas; estoy totalmente en contra; las calles por donde pasa el tranvía pasan a ser jaulas. Metro sí, pero soterrado", sentenció.