Málaga

"Es anticuada una ciudad que se pasa todo el día procesionando sus vírgenes"

  • Cree que la reacción del PSOE por su negativa a entregar el acta fue propia de "los buenos tiempos de la dictadura" y sentencia que Málaga "está esperando que el alcalde se jubile"

-¿Es usted un concejal libre?

-Libre como un pájaro. Siempre me he sentido libre, lo que pasa es que te acostumbras a algunas rutinas y cuando las pierdes te sientes mejor. Me refiero a eso de hacer cosas a que algunos les puede parece muy interesantes y a ti no te parecen nada. La inteligencia que hay en los partido es escasa y la poca que hay se está perdiendo.

-¿Eso ha ocurrido con su marcha del PSOE?

-Eso no lo debo decir yo. Lo que pasa es que si uno se atiene al perfil que ha ido desapareciendo del PSOE-A y del grupo municipal, sí. Hay un montón de sectores profesionales, universitarios, gente joven, que muy desencantados.

-¿Por qué decidió no entregar el acta y seguir como edil?

-Lo que ha pasado es que un año es demasiado para estar defenestrado, en el ostracismo. Di un margen, pensé que podía haber un cambio, pero no esperaba que la reacción fuera tan dura e intocable. Como en los tiempos buenos de la dictadura.

-¿Suena a dictadura?

-Suena a despotismo del aparato. Hay gente que piensa que está en la situación de hace unos años, cuando los poderes eran omnímodos, pero es que ahora se discute el sistema de partidos.

-¿Pasó algo en ese tiempo?

-Lo puedo contar por trimestres. En el primero, traté de asesorar al grupo sobre los temas, mandaba papeles; en el segundo, propuse ideas, y no pasó nada, y en el tercer trimestre presenté una propuesta sobre Málaga, ciudad deportiva, que una andanada para saber hasta dónde resistían.

-Eso molestó mucho.

-Puedo decir que mi compromiso político con la ciudad y con ser concejal es más fuerte y profundo que cuando me sumé a la lista. Ahora es cuando agradezco ser representante elegido y creo que tengo mucha más responsabilidad que cuando entré.

-A los que creen que debiera haber entregado su acta, ¿qué les dice?

-Lo entiendo, pero eso es porque desconocen la Constitución. Cuando he tenido esto bien claro y lo he consultado con el secretario del Ayuntamiento me he sentido muy respaldado, con mucho valor. Mucha más gente me ha pedido que no me fuera a que entregase el acta.

-¿Usted no tenía ni mesa?

-Ni silla, ni la posibilidad de presentar mociones. Cuando se plantea que no tengo manera de ejercer mis derechos más que saliendo del grupo, que es posible y que moralmente está respaldado... No había pensado en ello, porque llevaba trece años en el PSOE. Pero descubro que se puede tener mucho más eco institucional y no estás obligado a hacer las paridas que se suelen hacer, como hacerte una foto en el autobús o con una caca de perro en la playa. Si eso es hacer política local no estoy hecho para eso.

-¿Pero de eso se da cuenta ahora?

-Me di cuenta nada más entrar, lo que pasa es que yo pretendía otra cosa. En los seis meses que estuve como portavoz adjunto traté de dar un giro a esas cuestiones. Pero no había manera. Mi opinión es que no se tiene la menor visión de una estructura alternativa.

-Usted seguirá hasta final del mandato. ¿Y más allá?

-No tengo planteamientos. Mi posición ahora es ser independiente. Ya no me meto en ninguna aventura partidaria en la vida. Yo pedí la baja a mi agrupación Centro, convencido de que lo que no era lógico era seguir siendo militante de un partido de cuyo grupo municipal me he salido.

-¿Sigue siendo simpatizante?

-El PSOE tiene que cambiar mucho, necesita una regeneración democrática completa. La lejanía del ciudadano medio es total.

-Desde este nuevo papel, ¿cómo observa la tarea de gobierno?

-Sectorizada. Hay una labor de proyección de la ciudad interesante, se están descubriendo recursos en las nuevas tecnologías, en el turismo, pero los grandes fracasos siguen siendo la falta de empleo, el urbanismo. Este mandato es un mandato perdido a efectos de los grandes proyectos de ciudad. No me vale que se haya alcanzado un acuerdo sobre el Metro y menos en estas condiciones.

-¿Algo más?

-Y los grandes temas están todos parados. En el tema cultural hace falta crear un sistema. No puede ser que cuantos más museos mejor, pero a precios desorbitados, como el Thyssen. Esa no puede ser la seña de identidad. Málaga tiene que tener un sistema cultural que permita que la gente no tire cosas al suelo, que la gente se forme. Eso no se lo oigo decir a nadie. Y el alcalde va de la última peña a todas las cofradías, pasando por Greencities, el Zem2All... Todo le vale, le da a todo, pero en cuanto puede lanza mensajes anticuados. Porque es anticuada una ciudad que se pasa todo el día procesionando a sus vírgenes. No sé por qué nadie lo dice, es un atraso.

-No se atreven a decir eso ni los que forman parte de su ya antiguo partido.

-El partido mío tiene una posición tan vergonzante en el tema cofrade y laicos que me da risa. Me considero de izquierdas porque respeto la religión pero no les hago la pelota.

-¿Francisco de la Torre es la persona adecuada para sacar a la ciudad de la situación que usted describe?

-No puede. Paco de la Torre está hipotecado. Lo que ha pasado con la Gerencia de Urbanismo es que se fijan solamente en el tema de los nombres, pero no se dan cuenta de que toda la política está equivocada desde 2007. Si se gestionara se podrían desbloquear muchos temas. Pero es que el alcalde ha hecho de concejal de Urbanismo y ha tenido ahí hombres de paja. A eso se suma que la Gerencia ha dominado sobre los distintos concejales. La única manera de que se salve es que se racionalice su funcionamiento. A eso se suma que la Oficina de Grandes Proyectos debe desaparecer.

-¿Francisco Ruiz debe seguir estando ahí?

-Es que debe desaparecer esa oficina. Esa oficina ha sido la causa de la confrontación casi siempre. Le pasa lo mismo que a la Gerencia, que estaba regida por directores jubilados, pero que están esperando a que se jubile el alcalde. Málaga está esperando a que se jubile el alcalde.

-No parece que se vaya a jubilar. Ya se ha mostrado dispuesto a repetir en 2015.

-Ah, eso seguro. No tienen alternativa.

-¿Y María Gámez? ¿La labor de oposición reflotará con ella?

-No veo que haya posibilidad ninguna.

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