UNA vez más, el tándem Miguel Ángel Heredia-Francisco Conejo puede presumir ante la organización regional del PSOE de que ejecutar con creces el encargo: que Pedro Sánchez ganara abrumadoramente en la recolección de avales en la provincia de Málaga a los otros aspirantes, en especial a Eduardo Madina, el enemigo a batir en la lucha por la secretaría general del PSOE. Una exhibición de neutralidad. Sánchez obtuvo en Málaga 1.723 avales por los 402 de Madina y los 244 de Pérez Tapias.

Pero la realidad es que el proceso que vive los socialistas, aunque se enfrentan posiblemente ante la crisis más grave de la etapa democrática reciente, con las alternativas que se debaten, no han conseguido movilizar del todo ni a la militancia. De los 6.000 militantes al corriente de cuotas en Málaga, sólo 2.369 prestado su firma para respaldar a algunos de los aspirantes. Algunos prefieren pagar las cuotas pero no significarse. Pero el problema es que los posibles líderes no concitan el entusiasmo.

El propio Sánchez ha reunido un tercio menos de firmas que las que en unos días hace ahora un año acaparó la entonces también casi desconocida futura líder andaluza, Susana Díaz, para auparse sin rivales a la secretaría general del partido. Claro que en este caso también vale la tesis de los que piensen mal: a Díaz, apartada de la pugna con la boca pequeña y en espera de lo que pueda acontecer en el futuro, tampoco le habría agradado que Sánchez consiguiera más respaldos que ella en esa carrera. Así, apoyos todos pero sin pasarse. "Si Díaz se hubiera presentado, estoy seguro de que más del 80% de la militancia habría participado en este proceso", apostaba una fuente de la dirección del PSOE malagueño. Y veremos el porcentaje de participación en la elección del secretario general un 13 de julio y domingo. Si ni los socialistas votan en masa y el ganador tampoco obtiene un resultado contundente, como se pronostica, el nuevo dirigente comenzará su andadura con una debilidad crónica.

La Fundación Ciedes celebró el viernes su XX aniversario la agrupación centro del PSOE. Menos los actuales, los patronos decidieron recordar a los presidentes y vicepresidentes que pusieron en marcha los trabajos que han permitido elaborar dos planes estratégicos. Pero ninguno de los dos alcaldes, el creador de la iniciativa y la continuadora, no con pocas reticiencias iniciales, acudieron al acto. Ni Pedro Aparicio ni Celia Villalobos.