Málaga

El riesgo arqueológico y la exigencia de Cultura 'condicionan' las grandes obras

  • La obligación de respetar el fuerte de San Lorenzo afecta la reurbanización de la Alameda y el tramo del Metro

  • Sugiere a Urbanismo que haga sondeos antes de actuar en la calle Carretería

De la Torre, junto a concejales y técnicos municipales, en la visita realizada a la Alameda.

De la Torre, junto a concejales y técnicos municipales, en la visita realizada a la Alameda. / javier albiñana

El escenario presente y futuro de las grandes intervenciones urbanas proyectadas en Málaga capital están íntimamente afectadas por la arqueología y la labor de control que ejerce la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. En una urbe donde tradicionalmente se ha creído que era la Gerencia de Urbanismo la que determinaba el devenir de los acontecimientos, el papel del organismo municipal decae en secundario ante el peso de los dictámenes de los técnicos autonómicos.

Muestra de ello es lo ocurrido en los trabajos de reurbanización del tramo central de la Alameda Principal, cuya terminación se va a retrasar del orden de dos meses ante la negativa de Cultura a permitir "tocar un solo centímetro" de los restos de los muros este y oeste del fuerte de San Lorenzo encontrados en la zona. Esta circunstancia impide acometer la instalación de un nuevo colector de aguas conforme a lo inicialmente proyectado, obligando a buscar una solución alternativa que no interfiera sobre el hallazgo arqueológico.

El proyecto de Carretería incluye un colector, que podría toparse con muros de los arrabales

Pero si significativo es la incidencia que el papel de Cultura tiene en esta intervención, más aún se presume que lo será en el desarrollo de otra de las grandes obras diseñadas para el presente mandato por el equipo de gobierno del PP: la remodelación de la calle Carretería. A diferencia de lo que sucede con la Alameda, localizada extrarradio de la ciudad antigua, Carretería forma parte la manzana histórica, con las amenazas que ello conlleva desde el punto de vista de lo que emerja del subsuelo.

El arranque de la reurbanización de esta vía fue objeto días atrás de un encuentro entre técnicos municipales y autonómicos, en la que los primeros pudieron exponer a los segundos el objeto de la intervención y el modus operandi contemplado para la ejecución de una intervención que, entre sus elementos a destacar, incluye la ejecución de un nuevo colector de aguas. El mismo vendría a sustituir al ya existente, cuyo trazado discurre parcialmente por debajo de los edificios consolidados.

Y es en este punto donde Urbanismo se topa con una primera nota de aviso. Según fuentes consultadas por este periódico, desde el departamento autonómico se ha dejado clara la necesidad de que se ejecuten sondeos previos a lo largo de todo el recorrido de la obra, con el fin de certificar la posible colisión del nuevo colector quizás no tanto con la muralla nazarí (cuyo trazado se cree localizado y que a priori no quedaría afectado) como con murallas de arrabales que puedan entroncar. "Hay algunos planos que dan alguna pista; pero es que no son elementos defensivos de primer orden", expusieron las fuentes consultadas, que aclararon que a pesar de ello la valoración que se le da desde la Junta es "de primer orden".

El problema es mayor si se tiene en cuenta que ni siquiera la realización de los citados sondeos serían suficientes para determinar la ausencia de riesgo arqueológico. "Nadie dice que en un punto en el que no se saque nada pueda aparecer algo nuevo", añadieron las fuentes consultadas. Con todo, la asunción por parte de Urbanismo de afrontar la contratación de los citados sondeos arqueológicos y el desarrollo de los mismos retrasa de manera clara el avance de la reurbanización de Carretería. De facto, no parece posible que ese hito pueda tener lugar antes del verano que viene.

Y al componente que supone el calendario hay que añadir la posibilidad cierta de que el proyecto se vea sustancialmente alterado en el supuesto de que bien la muralla nazarí de la ciudad o bien algunas de las de los arrabales se encuentren en la traza donde se ejecutarán las zanja. Entre otras razones porque podría impedir la ejecución del citado colector. La obra programada contempla la renovación completa de la red de saneamiento existente, convirtiéndola en separativa. La intervención incluye el cambia del trazado de colectores y puntos de vertido, la renovación completa de los colectores (materiales y diámetros), pozos y arquetas. De confirmarse esta hipótesis, el impacto sería mayúsculo, puesto que en el departamento municipal se asume la imposibilidad de buscar un trazado alternativo para esta conducción.

Pero el efecto de la arqueología y los informes de Cultura no se limitan al espectro de la administración local, sino que se dejan notar y mucho sobre, por ejemplo, el desarrollo del Metro, la mayor inversión de cuantas acomete la Junta en la provincia. La exigencia de que la construcción del túnel del suburbano salvaguardase en todo momento los restos de la muralla nazarí en Callejones del Perchel, se suma ahora a una reclamación semejante pero con los muros este y oeste del fuerte de San Lorenzo.

En esta parte del tramo Guadalmedina-Atarazanas, las empresas adjudicatarias, Acciona y Sando, tuvieron que reajustar el método de construcción de parte de la infraestructura con el fin de no dañar los restos encontrados. A la espera de lo que suceda con el muro oeste, con el este se llegó a tener que desmontar en varias piezas, en una labor milimétrica que tuvo que ser autorizada por Cultura. Con todo, el proyecto complementario que fue autorizado y aprobado por la Junta ante la incidencia arqueológica alcanzó los 5,6 millones de euros.

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