El empleado de seguridad le da paso y, a renglón seguido, toma asiento junto al responsable del negocio que le recibe. El atracador, que habla un inglés básico, se hace pasar por un cliente con buena apariencia física que se muestra interesado en varias de las alhajas que se encuentran expuestas. Regresa media hora más tarde, pero la hipotética venta se torna en un duro golpe al negocio –situado en Puerto Banús y del que logra llevarse armado, supuestamente, 700.000 euros en joyas–. La Policía Nacional, que investiga el caso, ha solicitado la colaboración ciudadana para tratar de identificar al responsable.

Las imágenes quedaron grabadas por la cámara de seguridad, que recogieron el momento exacto en el que el autor del asalto accedió al establecimiento hasta en dos ocasiones. La secuencia arranca hacia las 19:00 del pasado día 8 de febrero. Los investigadores contemplan la hipótesis de que el individuo que perpetró el robo, con barba blanca y ataviado con una chaqueta y zapatos marrones, estuviera caracterizado.

Las imágenes reflejan cómo encañona al joyero, que accede a entregarle unas piezas

Creen que llevaba una peluca y gafas para así evitar ser identificado. Tras una primera toma de contacto con la supuesta intención de detectar los sistemas de seguridad y el material susceptible de ser sustraído, vuelve a rebasar la entrada. El nuevo acceso se registra a las 19:30. La grabación refleja que, esta vez, el autor lleva una gabardina sobre un brazo y saca una pistola con la que encañona al joyero, que acababa de darse la vuelta para extraer, al parecer, algunas piezas.

Mientras éste comienza a colocar encima de la mesa distintas alhajas, el atracador continúa apuntándole con el arma de fuego y llega, desconfiado, a mirar hacia la puerta para comprobar que no había nadie. De la caja fuerte, el trabajador le hace entrega de otra cantidad de joyas, que el atracador guarda en un bolsillo. En un momento dado, según indicaron las fuentes consultadas, se produce un forcejeo y tanto el responsable como el empleado de seguridad son retenidos en el establecimiento, que cuenta con dos plantas. Las pesquisas apuntan a que el individuo emprendió la huida en un vehículo.Los agentes le acusan de un robo con intimidación en el que hizo uso de un arma de fuego, aunque ninguno de los empleados resultó herido durante el atraco.