Málaga

El avispero veleño

SERÍA injusto no reconocer que en los últimos años la actividad política en Vélez-Málaga ha dado grandes pasos hacia su normalización. No sólo en el fondo, han desaparecido los pequeños partidos independientes que hacían imposible la gobernabilidad del Consistorio, sino también en las formas, ya que las sonadas peleas entre los concejales, e incluso agresiones físicas, ya no son el pan de cada día. Aunque en uno y otro terreno queda todavía tarea por delante.

Vélez-Málaga, el tercer municipio en número de habitantes de la provincia, celebra estos días el segundo aniversario de la llegada al poder de su gobierno tripartito, integrado por PSOE, Izquierda Unida y Grupo Independiente Pro Municipio de Torre del Mar (Gipmtm), que desbancó mediante una moción de censura al equipo del popular Francisco Delgado Bonilla, que en las elecciones de 2007 había obtenido el triunfo sobre los socialistas por el estrecho margen de 350 votos.

Una gestión compartida de la que se mostraba ayer satisfecha la alcaldesa María Salomé Arroyo al presentar el acto, que hoy tendrá lugar en el veleño Teatro del Carmen, en el que se inaugurará una exposición relacionada con las iniciativas de este periodo de gobierno. Una forma de explicar a los ciudadanos lo que se ha hecho y, por supuesto, de intentar vender gestión de cara a la encarnizada batalla electoral que se avecina, en un ambiente que se crispa semana a semana y que convierte la política municipal en un auténtico avispero.

La incertidumbre sobre el resultado de los próximos comicios de mayo preside la acción política cotidiana, lo que provoca que los diferentes partidos se vean envueltos en un permanente fuego cruzado de acusaciones y descalificaciones. Cualquier excusa parece buena para intentar poner en evidencia al contrincante como quedó demostrado en el último Pleno celebrado hace pocos días por la corporación.

Los grandes partidos PSOE y PP saben que el intento de lograr la victoria en Vélez Málaga supone un redoble de esfuerzos para no dejar escapar posibilidades, en un municipio que además pesa mucho a la hora de elegir a los representantes comarcales que integrarán la Diputación. Pero también son conscientes de que, de seguir las cosas como hasta ahora, los independentistas de Torre del Mar volverán a tener, en buena medida, la llave para la mayoría que otorgue la Alcaldía a uno u otro.

El problema está en que el Gipmtm se encuentra sumido en una crisis interna con un alcance desconocido. No sólo porque la puerta para lograr el objetivo fundacional de conseguir la independencia de Torre del Mar la cerró el Tribunal Europeo de Estrasburgo, sino porque las diferencias entre los tres concejales que representan a los independentistas en el Ayuntamiento mantienen unas relaciones tan tensas que ya ha provocado que uno de ellos, Antonio Checa, anunciara su intención de no repetir y que, los otros dos, Manuel Rincón y José Luis Sánchez Toré, se hayan exigido mutuamente la renuncia a repetir en las listas en aras a una renovación generacional, además de poner de manifiesto públicamente sus diferencias en un tono algo sórdido.

El futuro del Gipmtm es tema de uso corriente en las conversaciones en calles y bares de Torre del Mar, donde se piensa que una hipotética retirada de Rincón sería el fin de su partido, aunque la abundante rumorología indica la posibilidad de que su electorado pudiera intentar ser reagrupado bajo unas nuevas siglas de carácter independiente. Tampoco faltan los que hablan de la existencia de manos negras, de uno y otro lado, que tratarían de controlar el decisivo voto de los torreños.

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