Prácticas en empresas Los primeros contactos con el mundo laboral de los estudiantes universitarios

Los becarios toman el mando

  • La Universidad de Málaga ha convocado este curso más de 1.600 plazas para realizar prácticas de formación en empresas, públicas y privadas · Proliferan las becas para trabajar en la gestión de los servicios de la UMA

Prácticamente todos los titulados que han pasado por la Universidad coinciden en la idea de que la época de estudiante es la mejor de todas las etapas de la vida. El asunto se complica cuando llega la hora de salir al mercado laboral a luchar por ese puesto de trabajo que dé sentido a los sacrificados años que han dedicado a la obtención de una carrera. En estos tiempos que corren, y ante la dificultad de encontrar un empleo que se ajuste a la formación que cada cual ha elegido, son muchos los que ven las prácticas en empresas la manera más viable de tantear el terreno e intentar conseguir un contrato decente. Son los conocidos en el argot popular como becarios, un gremio que aumenta considerablemente con la llegada de la época estival, aunque cada vez son más los que realizan prácticas simultaneadas con las clases.

La Universidad de Málaga, a través del Vicerrectorado de Relaciones Universidad-Empresa, habrá ofertado un total de 1.639 plazas de prácticas en empresas, públicas y privadas, cuando se cierre el presente curso académico a finales del próximo mes de septiembre. Este dato supone un incremento de 114 convocatorias con respecto al año 2009. Del total de los contratos en prácticas expedidos durante este año, 689 se han realizado en el marco de los convenios Praem, un programa que cuenta con la subvención de la Junta de Andalucía, y los 940 restantes bajo las condiciones de convenios propios con cada empresa.

Con dotaciones económicas que en rara ocasión superan los 400 euros, los estudiantes y titulados obtienen a través de programas como Ícaro, presente en todas las universidades andaluzas, la formación práctica necesaria para completar los conocimientos teóricos adquiridos durante los estudios universitarios. Los más afortunados, en el sentido económico, son los titulares de las becas de formación de investigadores, cuya cuantía oscila entre los 1.000 y 1.400 euros.

Las carreras estrella, las que más plazas ponen a disposición de la comunidad estudiantil, son las relacionadas con la administración y dirección de empresas: LADE, Empresariales o Económicas, que en conjunto han alcanzado la cifra de 487 ofertas. Le sigue de cerca las carreras de ciencias de la comunicación, con la Licenciatura en Periodismo a la cabeza, con 128 contratos en prácticas. Los estudios con menos opciones a acceder a becas de formación son las maestrías, siendo la especialidad de Educación Infantil la que más destaca con 4 convocatorias.

Este año, se han ofertado también un total de 33 plazas para realizar prácticas de gestión en los servicios de la UMA, a través de la Fundación Observatorio Universidad- Empresa, en la que los alumnos pueden obtener una formación práctica en alguno de los vicerrectorados que existen. Por otro lado, la UMA ha demandado durante el curso 2009/2010 un total de 58 alumnos para trabajar en la gestión de alumnos de la Universidad, son las conocidas como becas EEES. Este tipo de convocatorias se hacen con el objetivo de integrar a los estudiantes en el desarrollo del funcionamiento de las actividades que se realizan en la propia Universidad y para hacer converger los estudios universitarios con el Espacio Europeo de Educación Superior.

Además, durante el presente curso se ha puesto a disposición de la comunidad estudiantil 25 becas de colaboración con el Centro Andaluz de Prospectiva a través del cual se apoya y coordina el esfuerzo investigador de la comunidad andaluza. Algunos afortunados, una minoría, obtienen un contrato laboral al concluir sus prácticas, como Javier Dueñas, de 26 años y estudiante de Informática, que consiguió un contrato por fin de obra en la empresa Near Technologies tras seis meses como becario. "Nos avisaron al principio de que si todo iba bien y funcionábamos había muchas posibilidades de quedarnos en la empresa", comenta.

A pesar de que las becas no ofrecen condiciones extraordinarias, siempre hay quien sabe sacar el lado positivo, como Raúl Mata. Tiene 25 años, ha estudiado Telecomunicaciones y durante seis meses estuvo trabajando en el desarrollo de software en la empresa AT4 Wireless. Asegura que durante su periodo de prácticas aprendió un lenguaje de programación que no había estudiado en la facultad. "Conocí el ambiente empresarial y aprendí como se trabaja en un gran proyecto", asegura.

Francisco Villanueva es titular de una beca de formación de investigadores. Dice estar muy satisfecho en su puesto de trabajo ya que "confían mucho en nosotros y delegan bastante trabajo, y eso es muy importante para poder desarrollarnos como profesionales". Trabaja como biólogo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, y al término de su beca podrá optar al Doctorado tras desarrollar una tesis.

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