Málaga

Un error en la venta de billetes obliga a 30 pasajeros del AVE a viajar de pie

  • Algunos de los usuarios pudieron ser recolocados, aunque la mayoría tuvo que permanecer en la cafetería hasta llegar a Córdoba · Renfe devolverá de forma íntegra el coste del pasaje a los afectados

El trayecto que el tren de alta velocidad hizo en la tarde de ayer entre Madrid y Málaga fue algo más largo e incómodo de lo habitual para una treintena de usuarios, que se vieron obligados a permanecer de pie durante buena parte de las más de dos horas y media que el convoy tardó en hacer este recorrido. Todos estos pasajeros resultaron afectados por el error que la compañía Renfe cometió a la hora de vender las plazas del trayecto que partió de la estación de Atocha a las 16.35 y arribó a la capital de la Costa del Sol a las 19.15.

Desde la empresa encargada del servicio ferroviario se informó de que el problema se produjo en la supervisión del sistema de ventas, lo que ocasionó la venta duplicada de treinta asientos. El fallo se vio agravado al comprobarse que todas las plazas del tren estaban ocupadas, lo que hizo que a los damnificados no les quedase más remedio que permanecer de pie, inicialmente, hasta Córdoba. En esta parada, según el testimonio de los propios perjudicados, quedaron asientos libres, con lo que pudieron acomodarse para llegar a Málaga.

Oficialmente, la compañía explicó que durante el trayecto, y tras comprobar las anomalías, el supervisor realojó a alguno de los usuarios en los asientos de la denominada Sala 6, destinada a la celebración de reuniones a bordo del tren pero que cuenta únicamente con seis asientos que no suelen comercializarse.

Debido a las molestias causadas a esta treintena de viajeros, Renfe ofreció ayer sus disculpas y procedió a devolver el importe íntegro del billete a los afectados, para lo que habilitó una taquilla especial en la estación Málaga-María Zambrano. Asimismo, solicitó al supervisor del tren en el que se produjeron las incidencias un informe específico de lo sucedido, al tiempo que anunció la apertura de una investigación interna. A pesar del trastorno de tener que viajar durante más de una hora de pie, la reacción de los pasajeros estuvo marcada por la absoluta normalidad y un malestar contenido. No obstante, varios pasajeros, que prefirieron no identificarse, se quejaron de lo ocurrido. "Tenía plaza de clase preferente y me mandaron a la cafetería porque no había otro sitio", explicó uno de ellos, que destacó el buen trato del personal del AVE.

Enrique, otro de los damnificados, que cursó la perceptiva reclamación, comentó que según su billete le correspondía un asiento en el vagón número 6. "Pero cuando llegué para subir me di cuenta de que ese número se correspondía con la cafetería", dijo. "Han tenido que hacer pinitos para recolocar a la gente", añadió.

Pero no todos tuvieron tan mala suerte como estos viajeros. Algunos, como Ramón Cervera, relataron a su llegada a Málaga que el asiento que se le había asignado no existía. "Nos pasaron a otros vagones que venían libres. Nosotros hemos podido venir sentados", agregó su esposa.

La tranquilidad que demostraron los damnificados por el error de Renfe contrastó con las trabas que los responsables de la estación de Málaga pusieron al trabajo de los medios de comunicación, muchos de los cuales disponían de autorización por parte del Agente de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) para ejercer su labor en la zona de andenes.

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