El puerto de Málaga recibió en la mañana de este pasado lunes al buque de rescate Aita Mari. Procedente de Santander y tras haber pasado antes por Bilbao, el barco de la Asociación Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) llegó a aguas malacitanas con la previsión de permanecer atracado al menos durante cuatro semanas.

Sin haber podido cumplir una campaña de rescates en la mar programada entre los meses de noviembre de 2020 y enero de 2021, esta acción, inmersa en un ambicioso proyecto denominado Maydayterraneo iniciado en 2017, deberá esperar a su arranque en el puerto de Málaga.

Creada esta asociación de voluntarios en 2015 dando respuesta a la crisis humanitaria que se vive en el mediterráneo, SMH, tras haber operado en la isla griega de Quios en la que en la actualidad mantiene personal en tierra, ahora, disponiendo ya de un barco en propiedad, afronta un programa de actuaciones que le llevará a diferentes puntos calientes del mediterráneo central.

Manteniendo una filosofía de rescates marítimos centrada en la colaboración con voluntarios, el Aita Mari es un viejo atunero construido en el año 2001. Comprado antes de ser desguazado en 2018 por Salvamento Marítimo Humanitario, esta asociación, tras acondicionarlo para las misiones que realiza lo ha convertido en su buque insignia.

Reformada gran parte de su habilitación dotando a este barco de 32 metros de eslora de unos mayores espacios comunes, el Aita Mari, que dispone de una certificación que le permite embarcar a un máximo de 132 personas, navega con una tripulación fija profesional de ocho marinos; una dotación que se complementa con voluntarios que colaboran a bordo durante diferentes periodos de tiempo.

Matriculado en el puerto gipuzcoano de Getaria, este veterano barco que en su proa luce la numeral propia de los pesqueros, quedó este pasado lunes atracado en el muelle número dos a la altura del inicio del Palmeral de las Sorpresas. Con la previsión de que pudiera cambiar de amarre por necesidades de tráfico interno, este buque pasará las Navidades en Málaga sólo con una tripulación mínima a bordo.

A la espera de que a finales de enero o principios de febrero pueda iniciar sus misiones de rescate, el Aita Mari, que antes de zarpar tiene programado embarcar voluntarios, estudia además la posibilidad de convertir al puerto malacitano en una de sus bases fijas para la realización de sus campañas por el mediterráneo central.

Más información sobre marítimas en El blog de Juan Carlos Cilveti: La mar de historias.