Carla solo tiene 2 años y ya es una superviviente. Ella y sus padres, que también sienten que han vuelto a nacer. Este domingo fueron unos de los más de 3.000 participantes de la VII Carrera de Mujeres contra el Cáncer, con el propósito de celebrar la vida” y el final feliz con el que soñaban desde el 22 de marzo de 2018, el día en que su mundo se derrumbó.

Los médicos le habían diagnosticado a la pequeña un tumor de Wilms –una neoplasia maligna del riñón– que la obligó a permanecer ingresada cuatro meses en el Hospital Materno Infantil, donde se sometió a una intervención quirúrgica y recibió sesiones de quimioterapia. La atención, recuerdan ahora sus progenitores, fue impecable, pese a la falta de personal con la que, reconocen, los profesionales tienen que lidiar.

Desde diciembre, tras haber superado con éxito la última revisión, Carla "está limpia”, asegura su padre, que se compromete a participar “en todas las carreras” que como la de este domingo se propongan conseguir recaudación para luchar contra esta enfermedad. En este caso, una parte de los ingresos de la carrera irán destinados a la Agrupación de Desarrollo Unidos Contra el Cáncer de Málaga a través de la Fundación Unicaja.

Elena, la madre de la menor, subrayaba la “positividad” como pieza clave en la batalla contra el cáncer. “Carla es mujer, niña y superviviente. Sí se puede. Sí podemos”, resaltaba.

La familia de Carla corría acompañada de más de un centenar de niños y padres que vestían una camiseta con el emblema "Vida. Carla Power". La iniciativa surgió de Mercedes García Paine, la delegada de Educación, Deportes, Igualdad, Políticas Sociales, que conocía a los afectados. “Conocía de cerca su historia. Tuve la oportunidad de celebrar su segundo cumpleaños y vi que era una razón bonita para celebrar la vida”, sostiene.

El centro histórico se tiñó de rosa. Lo recorrían miles de personas que buscaban la esperanza o querían homenajear a los que ya no están. “Ninguna estamos exentas de que nos toque”, advertía una mujer que había sudado la camiseta para apoyar a su amiga Ana Mari, que aseguraba “haber tenido mucha suerte por cogerlo a tiempo”. Y a renglón seguido lanzaba un mensaje: “que pronto haya cura para aquellos que lo tienen más difícil. Es un campo que gracias a Dios está muy avanzando. Que saquen fuerzas de donde no las hay”.

Un grupo de corredoras de Alhaurín de la Torre se sumaba también a la marea solidaria. Una de ellas recordaba a su madre recién fallecida. “Es la primera vez que vengo después de que haya muerto. Me he emocionado al entrar en la meta”, manifestaba entre sollozos.