Economía

La compraventa de vivienda en Málaga se desploma un 41% desde el inicio de la pandemia

  • Entre marzo y julio se han hecho 7.748 operaciones, siendo el mercado de segunda mano el más afectado

  • Los promotores confían en vender 30.000 casas este año pese a la incertidumbre

Una persona observa el escaparate de una inmobiliaria en Málaga

Una persona observa el escaparate de una inmobiliaria en Málaga / Javier Albiñana (Málaga)

Comprar una vivienda suele ser la decisión más difícil de la vida desde el punto de vista económico ya que lleva aparejada un gran desembolso de dinero y, en la mayoría de los casos, varias décadas de encadenamiento a una hipoteca. Si a eso se le suma una pandemia, el resultado no es positivo. Entre marzo –el mes en que se declaró el estado de alarma en España y se inició el confinamiento– y julio se vendieron 7.748 viviendas en la provincia de Málaga, lo que supuso un descenso del 41% respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos oficiales publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El mercado de segunda mano ha sido el más castigado, con una caída del 44% hasta las 6.088 unidades, mientras que en el de viviendas nuevas se han contabilizado 1.660 operaciones, un 25% menos. Por lo tanto, la vivienda usada sigue siendo la reina indiscutible en las compraventas en Málaga, pero su comportamiento está siendo peor durante los meses de la crisis sanitaria por el coronavirus.

La situación, lógicamente, es similar en el resto del país. De hecho, hay provincias en las que el desplome ha sido incluso mayor que en el caso malagueño. En las grandes provincias se puede observar un descenso del 33% en Sevilla (5.446 ventas), del 31% en Barcelona (16.667), del 42% en Alicante (9.437) –una zona con muchas similitudes al mercado de la Costa del Sol por su dependencia del cliente extranjero–, del 38% en Valencia (8.021), o del 37% en Madrid (19.531).

Hay financiación con intereses bajos, pero miles de personas dudan sobre su futuro laboral

En la pandemia se han dado dos circunstancias. La primera es que durante los meses de confinamiento no se podían visitar las casetas de venta y todo se paró. Ahora está todo abierto, pero miles de personas están en el paro, en un expediente temporal de regulación de empleo o con muchas dudas sobre su futuro laboral, incluso sin estar en ninguna de las dos circunstancias anteriores. La incertidumbre económica es máxima y eso anima poco a la compra de una vivienda salvo que se tenga un salario asegurado –un funcionario–, se sea millonario, se cuente con el dinero de otra vivienda o sea realmente necesario. Durante el confinamiento se dispararon las visitas a los portales para ver viviendas con piscina, con jardín, áticos... Todo lo que tuviera un poco de amplitud para huir de la clausura en un piso de 70 metros cuadrados, pero una cosa es querer cambiar de vivienda y otra poder pagarlo. De hecho, muchas de esas visitas on line se han quedado en meros sueños ya que el precio se está manteniendo. No hay gangas ni fuertes rebajas, por lo que el ciudadano que necesite o quiera otra vivienda va a tener que tirar de chequera.

“El precio no ha variado mucho. La tendencia de precios estaba estable antes de la pandemia y se sigue manteniendo el margen entre la oferta y la demanda, lo que denota que no hay especulación”, explica Juan Manuel Rosillo, presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga. Los promotores son, pese a todo, optimistas y afirman que su objetivo sigue siendo vender 30.000 viviendas este año en la provincia de Málaga, un reto que se antoja difícil ante los números actuales. En el lado positivo, Rosillo destaca que “el Euríbor y los costes de financiación siguen siendo muy atractivos y hay tipos fijos al 2% a 30 años, por lo que sería un buen momento para acceder a la compra de una vivienda”. Por otra parte, el presidente de la ACP reconoce que “todo el sector está pendiente de ver cómo reacciona el comprador tipo, pues en Málaga mucha gente depende de la hostelería y de la hotelería y son sectores con problemas en el empleo, mientras que el turista extranjero también tiene complicada la compra porque es difícil que pueda venir a verla”.

Muchas viviendas que estaban en venta han pasado al alquiler

“La caída en las ventas es una consecuencia lógica de la crisis”, expone Germán Pascual, directivo de Remax Inmobiliaria en Málaga, quien subraya que “el cliente que sí tiene necesidad de vender lo está haciendo a precio de mercado, pero aquellos que no tienen necesidad esperan o están derivando esas ventas hacia el alquiler”. Pascual señala que ahora hay “el doble o el triple de oferta” de viviendas en alquiler en Málaga que antes del confinamiento y eso está provocando que los inquilinos negocien más bajadas de precios y que el periodo medio para arrendar un inmueble se haya retrasado.

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