Málaga

El consumo de agua en Málaga cae a su nivel más bajo empujado por la crisis

  • Diciembre ha batido un récord histórico después de ocho años de caída sin freno desde la última sequía El gasto doméstico ha pasado de 133 litros por persona al día a no más de 110

La última sequía ya hizo que la concienciación sobre la necesidad de restringir el gasto de agua ya calara en la ciudadanía. Pero ahora que los pantanos tienen agua, el problema es otro y es que la mella que la crisis está haciendo en el bolsillo de muchos malagueños obliga a apretar el cinturón también a la hora de abrir el grifo del agua. La caída en picado que comenzó ya hace varios años alcanzó el pasado mes de diciembre su nivel más bajo en la historia de la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa). El consumo doméstico diario por habitante contabilizado ese mes se quedó en 110 litros de agua por habitante, frente a los 133 litros que una persona solía gastar de media en 2005.

La tendencia que ha permitido llegar hasta este punto no es algo nuevo. Casi una cuarta parte ha descendido la cantidad de recursos hídricos consumidos desde 2005, año desde el que Emasa lleva notando un descenso sin precedentes del agua facturada en la ciudad, y un tercio si se compara con la que se demandaba antes de ese grave periodo seco que terminó en 2009.

No solo la crisis y la mayor concienciación de la población ha influido en esta situación, también el mayor control de los fraudes y de las fugas en la red que realiza Emasa ha tenido que ver con esta reducción histórica del gasto de agua. Hasta tal punto que el pasado mes de diciembre se tocó fondo, ya que la demanda fue de apenas 1.284 litros por segundo.

Fue, según los datos de Emasa la cantidad de agua más baja metida en la red de abastecimiento para todo tipo de consumos, no solo doméstico, si se atienden las estadísticas de la empresa municipal de la capital. Contrasta con los, por ejemplo, 1.860 litros por segundo de media a los que se llegaron en los años de la última sequía para ajustar el consumo a las restricciones que establecía el decreto de la Junta de Andalucía para hacer frente a la situación de excepcionalidad que se vivió entre 2005 y 2009.

Si se suman todos los meses del año pasado la media anual de agua metida en red fue de 1.427 litros por segundo. A principios de 2012, la inercia al descenso del consumo el año anterior se mantuvo y la demanda de la capital rozaba los 1.400 litros por segundo. No fue hasta el mes de junio, coincidiendo con el inicio del verano y la época de mayor gasto de agua, cuando las cifras se situaron por encima de los 1.500 litros por segundo. Los 1.534 litros por segundo de media de julio es la cantidad más alta metida en red de todo el año pasado.

Pero a partir de septiembre, el descenso fue aún más notable que a principios de año y de los 1.366 y los 1.321 litros por segundo de octubre y noviembre, respectivamente, se bajó en diciembre del límite de los 1.300 litros por segundo por primera vez en la historia de Emasa.

La reducción en el consumo de agua en Málaga es aún más llamativo si se compara con la cantidad que antes de 2005 Emasa tenía que meter en la red para atender la demanda de la capital y que rara vez bajaba de los 2.100 litros por segundo. La tendencia a la baja de la demanda en los últimos años tiene su reflejo en los datos de facturación con los que la empresa municipal cerró el año pasado y que fueron inferiores incluso a los de 2010 en el que se había tocado fondo en lo que a consumo se refiere. Apenas 35 millones de metros cúbicos de agua fue la cantidad que durante 2012 circuló por la red de la ciudad, un límite que no se había sobrepasado nunca desde 1999 cuando la población de la capital era de alrededor de 40.000 personas menos que en la actualidad.

Donde más se ha notado esta progresiva bajada es en el consumo doméstico que supone aproximadamente tres cuartas partes del total de recursos hídricos que se consumen en la capital. La instalación progresiva de los contadores electrónicos que permiten saber en tiempo real el consumo de cada cliente y avisar de posibles fugas y enganches fraudulentos a la red ha contribuido a llegar a estos niveles históricos.

Aparte del doméstico, el consumo industrial y del comercio también ha bajado considerablemente en los últimos años en la capital por los ajustes a los que obligaba el decreto de sequía y después como consecuencia del descenso de la actividad de la actividad industrial debido a la crisis. Desde 2005 el gasto de agua en este sector -que representa alrededor del 19% del consumo total en Málaga- ha bajado casi una cuarta parte.

Las previsiones para este año son que el gasto caiga aún más.

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