El coronavirus ejerce una presión brutal. Hace un par de semanas, el Clínico reservó un módulo de UCI con seis camas para el coronavirus. Esta unidad tiene 18 camas. Ya todas están llenas con enfermos contagiados por el virus.

Los pacientes con otras patologías están en la Unidad de Recuperación Postanestésica. Son media docena. Pero debido al aumento de pacientes graves infectados con el Covid 19, el hospital ha tenido que crear más camas de UCI ante la saturación de su unidad de Cuidados Intensivos.

Por eso, ha abierto siete puestos más en la zona donde estaban los paritorios y otras seis en el área de reanimación. Pero tan pronto como se crean, se ocupan. De las 13 nuevas abiertas, ya hay nueve ocupadas.

De modo que tras el esfuerzo reorganizativo –que fue posible gracias al cierre de la Maternidad del Clínico, que se ha trasladado al Materno unificándose en este último hospital todos los partos de la sanidad pública– sólo quedan hora cuatro camas libres de UCI en el Clínico.

Las de Cuidados Intensivos se han ido creando allí donde hay respiradores, ya que los pacientes con coronavirus suelen desarrollar neumonía y precisar ventilación mecánica.

Fuentes sanitarias indicaron que aún se pueden crear algunas camas más de UCI en el Clínico. El problema de la pandemia es precisamente que requiere al mismo tiempo un importante número de camas de Cuidados Intensivos, lo que puede hace colapsar el sistema sanitario. Y los puestos de UCI son difíciles de improvisar –no como una cama de hospitalización– debido al complejo aparataje que requiere para la asistencia de esos pacientes.