Málaga

Contra la crisis, 'hágalo usted mismo'

  • Cada vez más comercios en la provincia ofrecen cursos de autoaprendizaje a sus clientes El ahorro y la satisfacción son las principales razones de una demanda que va en aumento

La crisis agudiza el ingenio y abre la puerta a alternativas para apretarse el cinturón: el tupper se recupera en el trabajo, la bicicleta sustituye al coche y las cervezas en terrazas se convierten en quedadas en casa. Con esta idea, cada vez son más los malagueños que se acogen a la filosofía del Do it yourself -Hazlo tú mismo, en español- por el ahorro económico que supone no acudir a locales profesionales. El abanico de posibilidades en la capital es bastante amplio dependiendo de la dificultad y los perfiles de la actividad: desde la repostería o la bisutería hasta la mecánica.

Los talleres de manualidades para crear ropa personalizada o complementos son los más solicitados por los malagueños. Así, cada vez son más los comercios que organizan cursos de cara al público para enseñar a elaborar elementos de forma autónoma aunque, eso sí, con métodos que varían según la localización del local, la demanda o la dificultad del trabajo en cuestión. "Las sesiones son individuales: se compra el material y sin coste adicional enseñamos a hacer el modelo que la persona quiere", explica Olga Gutiérrez, de El Taller, local para la venta de bisutería situado en calle Nueva.

Si más allá de aprender nuevas destrezas también se quiere ampliar el círculo social, el Rincón del Artesano, en calle Especería, organiza talleres grupales de seis horas por semana a precios económicos. "A partir de septiembre realizamos cursos de Swarovski, cuero, fimo o trapillo", indica Cecilia Cativiela, dependienta de la tienda.

Originalidad, paciencia y constancia son tres de las bases de esta ética, aunque lo principal, según la mayoría de los clientes, es perder el miedo y atreverse a dar el primer paso. "Lo recomendamos sobre todo a personas que piensan que es algo difícil o que no sirven para las manualidades. Esto no es nada del otro mundo, sino rápido y sencillo", agrega Olga Gutiérrez, de El Taller.

Acudir a estos talleres no sólo supone una oportunidad para desarrollar la creatividad, sino que también es un momento de desconexión de la rutina. "Hay gente que no quiere aprender algo en concreto, sino que viene por el rato que pasa. O incluso tenemos madres que se inscriben con sus hijas para pasar un rato juntas", explica Victoria Bellido, de Fabric, iniciativa localizada en calle Pardón Bazán que nació para el desarrollo de las marcas de sus promotoras, Bellido y Paloma Hiles, pero que con el tiempo y la demanda de sus clientes se ha transformado en una tienda-taller. "Tenemos cursos men0suales y monográficos que van desde el corte y confección a la encuadernación, la iniciación a la máquina de coser o el patchwork", agrega.

Más allá del posible ahorro económico o la distracción social que implican los talleres, otra de las principales razones por la que se acude a los cursos es la satisfacción personal de crear algo de forma autosuficiente, sobre todo si después lo disfrutan los demás, como en el caso de la repostería, uno de los ámbitos que está adquiriendo mayor apogeo en los últimos meses. Desde la elaboración de cupcakes hasta tartas de cumpleaños o pizzas, La Escuela con Encanto, situada en calle Salitre, ofrece a madres y menores talleres de cocina creativa. "No sólo enseñamos a decorar, sino también a hacer la masa para saber qué ingredientes utilizar, cómo combinarlos y hornear después. Además, incluimos los materiales e ingredientes necesarios", subraya la propietaria del comercio, Vanessa Ballesteros, donde también se pueden celebrar eventos a la par que se asiste al taller. "La persona escoge de qué hacerlo: galletas, cupcakes, pizza... Se suele elegir también un tema para personalizar la fiesta y se celebra mientras se imparte el taller, con su merienda y tarta".

Lo indudable, es que el boom de las manualidades ha traspasado fronteras en cuestión de meses. La posibilidad de personalizar objetos del hogar, desde álbumes de fotos hasta la decoración de habitaciones, atrae la curiosidad de malagueños interesados en técnicas como Tiffany, el scrap, el craft o el amigurumi, muchas de ellas importadas de América o Asia. "Cuando puse la tienda, nadie sabía de qué trataban las actividades, pero se han puesto de moda en cuestión de un año, la gente se ha aficionado y está más interesad en dar clases", señala Carola Romero, propietaria de un taller creativo en la localidad de Benalmádena.

Romero asegura que apenas existen centros especializados en estas técnicas con sede física en Málaga, por lo que decidió abrir su tienda en la que vende los materiales necesarios como telas, abalorios, tintas, adhesivos, sellos, botones, pintura... Aunque, eso sí "el papel es la materia prima principal".

La ética del Do it yourself no sólo ha penetrado en el mundo de la artesanía, tareas cotidianas como cambiar el aceite del coche se unen a la lista de áreas en las que los malagueños prefieren trabajar de forma autosuficiente y de forma manual antes que acudir a un profesional. Así, Bricoauto Málaga ofrece la posibilidad de alquilar un box - cuyo precio varía según el tiempo, costando una hora 16 euros- para reparar o mantener los vehículos sin acudir a mecánicos, ya que cuenta con la maquinaria y herramientas necesarias. Además, ofrece el asesoramiento de operarios profesionales para guiar en el trabajo. Su precursor, Alejandro Acosta, explica que la iniciativa nació tras ver el éxito del servicio en la zona de Madrid, por lo que decidió importarlo a Málaga, donde últimamente con al crisis acuden más clientes nuevos. "Antes, cuando se puso de moda, había dos comercios más pero han cerrado y ahora sólo nosotros ofrecemos el servicio", indica.

Aún hay más, ya que esta filosofía acepta también otras variables llegando a tareas tan simples como la propia colada. Establecimientos como Lavomatic ofrecen a sus clientes la posibilidad de realizar "cómodamente" y a un precio económico el lavado y secado de tejidos. "Es una alternativa que atrae mucho a universitarios porque entre varios llenan una lavadora y se ahorran bastante dinero", matizan desde la empresa, que cuenta con más de 20 locales de autoservicio de lavandería alrededor de toda la provincia malagueña.

Una ética cada vez más extendida en la provincia que cuenta día tras día con un mayor número de tiendas-talleres en las que aprender a realizar trabajos manuales y personalizados. Una amplia variedad de alternativas en las que, al margen de primar la autosuficiencia y la viabilidad económica, se agudiza el ingenio y creatividad. Porque, al fin y al cabo, lo que destaca es la satisfacción personal de hacer algo nuevo por ti mismo.

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