Málaga

Un cumpleaños con 125 velas

  • El Parlamento andaluz conmemora en Casares el nacimiento de Blas Infante · Coves asegura que ayer se celebró el "triunfo de la democracia sobre la sinrazón"

Hoy hace 125 años que nacía en Casares Blas Infante, un pequeño malagueño que estaba llamado, sin saberlo, a cambiar la historia de Andalucía. De espíritu inquieto y travieso, según cuenta su hija Mari Ángeles, Blas correteaba por las calles del pueblo que le vio nacer y al que volvía "en todos sus descansos de estudios y trabajo para enseñar a leer a los más jóvenes porque una de sus preocupaciones era acabar con el analfabetismo", recuerdan sus descendientes.

El pequeño Blas fue creciendo a la par que sus inquietudes. Se casó, tuvo cuatro hijos y un sueño: la mejora de su tierra, Andalucía. Una mañana de verano, en plena Guerra Civil, vinieron a buscarlo. Según contaba su viuda se lo llevaron los falangistas y nunca más se supo de él. Cayó fusilado y cuatro años después de su muerte fue condenado. Ahora el pueblo que fue su cuna y su familia luchan por conseguir la anulación de la sentencia que recae sobre el considerado padre de la patria andaluza.

Hoy, Andalucía es una autonomía. Aunque joven, su parlamento funciona y defiende los ideales de libertad, igualdad y democracia con los que soñaba Infante. Para homenajear al precursor de estos pensamientos, precisamente los máximos responsables de la política autonómica se trasladaron ayer hasta Casares donde visitaron la casa natal, en la que depositaron un ejemplar del estatuto de autonomía, y el recién inaugurado centro cultural que lleva su nombre. La presidenta del Parlamento andaluz, Fuensanta Coves, aseguró ayer durante su discurso que lo que se estaba celebrando era "la vida", el nacimiento de Infante "y la victoria de la democracia sobre la sinrazón".

Por su parte el portavoz parlamentario de IU, Diego Valderas, reivindicó una continuidad de la lucha "por conseguir una Andalucía aún más solidaria", mientras que el socialista Mario Jiménez recordó que sobre los pilares construidos por Blas Infante ha crecido una "Andalucía de progreso que es equiparable a cualquier estado europeo".

Algo más crítica se mostró la popular Esperanza Oña, quién aseguró que partiendo de la base de que todos están de acuerdo con el pensamiento de Infante "hay que trabajar para seguir mejorando, porque él no quería sólo la autonomía, si no que ese era el primer paso para conseguir mucho más. Si viera un millón de parados", apostilló, "no creo que él estuviera muy contento".

Diferencias a un lado, ayer todos los partidos que componen el Parlamento europeo arropaban a la hija de Infante que enumeró, durante su exposición, los recuerdos que conserva de la vida con su padre, sus paseos por Casares, "donde había que llegar a lomos de las bestias", y la parte más humana del que se ha convertido en el mayor icono de Andalucía.

Por su parte la alcaldesa de Casares, Antonia Morera, aprovechaba la ocasión de contar con los portavoces parlamentarios en su terreno para pedirles un esfuerzo conjunto para difundir la figura de Blas Infante, ese hombre sencillo que defendió algo más que un himno y una bandera y cuyo espíritu se respira, aún hoy, entre las callejuelas empinadas de casas blancas que vieron dar los primeros pasos al artífice del sueño andalucista cuyo busto preside hoy la sede del parlamento autonómico.

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