Málaga

“Los datos en Málaga son similares a los peores de la crisis”, asegura el director de Cáritas

Presentación del informe anual de Cáritas

Presentación del informe anual de Cáritas / M. H. (Málaga)

El informe que realiza Cáritas anualmente es un fiel reflejo de cómo está la situación para los más desfavorecidos. Y las cifras que arroja este año “son muy similares a las que se veían en el peor momento de la crisis, en 2013/2014”, aseguró Francisco José Sánchez Heras, el director de Cáritas Diocesana en Málaga.

Aún así, queda algo de reducto a la esperanza, pues los números de este año han sido “puntuales, mientras los de la anterior crisis venían arrastrándose desde 2008”, añadió Sánchez. Aún así, rompen la tendencia positiva que se venía dando desde 2017.

Pero no son sólo un fiel reflejo de la pobreza, sino “también de la esperanza”, y por eso espera que la economía rebote rápidamente. Se apoyó en los brotes verdes que parecen estar viéndose en la hostelería y el turismo para asegurar que esta “va a ser una crisis pasajera”.

Pese a que recalcó que es “en los momentos de crisis, cuando se trata de ayudar, cuando la labor de la iglesia se desborda”. A lo que añadió que el virus de “la pobreza y la desigualdad ya estaba con nosotros y ahora se ve zarandeado”.

Aunque le preocupa más que la iglesia hay atenido que llevar la carga del bienestar frente a unas ayudas como el Ingreso Mínimo Vital “de postureo” que no llegan. “De la cada cien personas que ayudamos aquí a gestionar el Ingreso Mínimo Vital, sólo 16 lo reciben ahora, el resto, incomprensiblemente, lo rechazan. Cuando alegamos vuelven a ser dos o tres meses de burocracia que la gente no tiene”, asegura Antonio Collado, delegado episcopal de Cáritas Diocesana en Málaga.

“Queremos que esta sea una medida que saque a mucha gente de la exclusión social, entendemos que esta podría ser una medida lo suficientemente potente para conseguirlo, por eso no entendemos que se le deniegue a mucha gente, lo que se suma al silencio administrativo”, señala Sánchez Heras.

"Queremos que el Ingreso Mínimo Vital sea una medida que saque a mucha gente de la exclusión social"

Señalan desde Cáritas que uno de los problemas más acuciantes es el de la vivienda en la provincia. “Sobre todo en los grandes núcleos urbanos, donde cada vez el alquiler es más caro y la gente tiene que irse cada vez más lejos”, afirma Sánchez Heras, pero ese no es el único problema al que se enfrentan. La falta de recursos económicos es un problema, pero hay quien con ayudas al alquiler concedidas no encuentra quién le alquile un piso, “porque no se fían de ellos”. Por eso aseguran que la vivienda “está siendo una causa de exclusión social”.

Por eso reclaman que desde las instituciones deben promoverse las viviendas de protección oficial. “Esta es la única manera de asegurar que un derecho de todos se cumpla, hacen falta VPO en las grandes ciudades, que aseguren el acceso a un techo a los menos pudientes”. Porque, además, este es el problema más difícil de cubrir por parte de Cáritas, por su elevado coste. “No podemos hacer frente a lo que supone un alquiler mensual durante tres, cuatro, cinco meses de todo aquel que lo demande”, lamentó el director de Cáritas diocesana.

Aún así, desde Cáritas recordaron que “Málaga es una tierra muy generosa, y es en estos momentos cuando se refuerza esa idea. Tanto las personas de a pie como cantidad de empresarios que estarán pasando también lo suyo en momentos muy difíciles han arrimado el hombro todo lo que han podido, verdaderamente Málaga es una ciudad de una generosidad tremenda”.

"Málaga es una tierra muy generosa"

Pero la labor de la organización católica en la provincia se da de manera desigual porque en los municipios de interior hay mucha menos demanda de ayuda, “quizás por las redes sociales de ayuda más fuertes que se dan en los pueblos”. Sin embargo, en los grandes núcleos de la costa la necesidad de ayuda creció exponencialmente. Algo que se puede achacar a “la cantidad de trabajo precario, de trabajadores que creían tener un trabajo fijo pero luego se volatilizó, bien porque era un trabajo de economía sumergida, o porque cayó en el desempleo y no tenía derecho a ayudas”.

Con respecto a 2021 aún no tienen datos en Cáritas, pero la sensación es totalmente distinta a la del año pasado.

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