El magistrado Federico Morales, que preside el tribunal que juzga a José Cabello como presunto inductor del asesinato de sus dos hermanos, llamó ayer la atención a la defensa de este imputado, el letrado Juan José de la Fuente, por sugerir que la única hermana de la familia pudo ser la inductora del doble crimen.

El juez reprendió al abogado al entender que la singular estrategia elegida constituía una "línea argumental que puede dar lugar a las responsabilidades oportunas". En este sentido, el magistrado sugirió que se trataba de una "semi denuncia que podría considerarse sorpresiva". Además, agregó que la hermana de los fallecidos y del acusado podría tener qué "decir respecto a esa imputación", o sea, que podría denunciarlo.

Esta extraña hipótesis evocada fuera ya del periodo de instrucción de la causa se efectuó durante la declaración que ayer prestó la hermana de las víctimas durante la vista oral, a lo largo de la cual la mujer se vino abajo en varias ocasiones y rompió a llorar.

La testigo explicó ante el tribunal que tanto el hermano superviviente, que es juzgado por la presunta inducción del doble crimen, como los dos fallecidos se "llevaban bien", aunque matizó que se trataba de unas relaciones muy particulares porque algunas veces el acusado les hizo "guarraíllas". Desde este punto de vista relató que llegó a vaciar lejía en el bebedero de las cabras de uno de los fallecidos", "quemó el pajar" del cortijo en el que residían los tres y le cortó "las correíllas del coche para que se mataran".

La mujer también indicó que el acusado, ya en prisión preventiva por este asunto, trató de vender las propiedades de Francisco Cabello, aunque la operación se abortó al ser avisada por un conocido del pueblo.

Durante la sesión de ayer del juicio también compareció como testigo el panadero de Villanueva del Trabuco que acompañó a José Cabello hasta el olivar donde estaban los cuerpos sin vida de las dos víctimas del crimen, el 2 de marzo del año pasado. El hombre declaró que José Cabello se mostró preocupado por la tardanza de sus hermanos, aunque al descubrir los cadáveres, ya de noche bajo las luces del coche, no se apeó del vehículo. Es más siguió al volante "y sin llorar" hasta que llegaron al cuartel de la Guardia Civil de Archidona.

José Cabello se enfrenta a 50 años de cárcel como presunto inductor de los asesinatos que supuestamente cometió el joven Miguel Ángel Gemar, otro vecino del pueblo.