Un chequeo de las 11 pistas de usos múltiples del Distrito de Ciudad Jardín, uno de los núcleos urbanos de la capital donde más de estas instalaciones existen, demuestra que su estado de conservación es mejorable. En la capital hay un total de 83 de este tipo de pistas, que tienen sus puertas abiertas las 24 horas del día para quien quiera practicar deporte, pero también para los vándalos callejeros. Sin embargo, sus desperfectos no se deben únicamente al mal uso de las mismas, también al deterioro que ocasiona tanto su uso diario como el paso del tiempo. Según usuarios consultados por este periódico, cualquier desperfecto se tarda una "eternidad" en reparar.

Ciertamente, hay pistas en un estado de conservación excelente, amén de los posibles grafitis que puedan albergar sus paredes. Pero otras son impracticables en cuanto a que el único vestigio de que allí hubo una instalación deportiva es un letrero o las líneas que se adivinan pintadas en el suelo. En la pista municipal de la iglesia de Cristo Rey, a la entrada de Ciudad Jardín, hace meses que nadie hace deporte. Aquello se ha convertido en una zona de prácticas para conductores de motos. Antes había una cancha de baloncesto, pero una canasta ha sido literalmente arrancada y la otra está rota. Ha sido quemada.

Un paseo por las pistas de Ciudad Jardín deja de manifiesto que las porterías son muy golosas para los amigos de lo ajeno. En algunos casos han desaparecido. En otros, su anclaje es defectuoso, aunque los niños no dudan en colgarse de ellas, ajenos al peligro. La realidad es que donde hay una pista, también hay decenas de jóvenes jugando por las tardes. Pasa en Ciudad Jardín y seguro que en todos los distritos de la capital.