El dique flotante del Puerto dejará Málaga dentro de un mes para ser trasladado a los astilleros de La Línea (Cádiz), donde será sometido a una ambiciosa ampliación, según informó ayer su propietario, Mario López. Así, la capacidad de trabajo del dique se extenderá a la reparación de buques de hasta 135 metros de eslora aproximadamente (actualmente, la instalación puede albergar barcos de hasta 100), por lo que se podrá adaptar a la entrada de portacontenedores.

Estas obras, que supondrán una inversión de cerca de 300.000 euros, incluyen un incremento de la fuerza ascensional de 6.000 toneladas, además de la puesta en marcha de un equipamiento para grúas de apoyo en tierra para suministro de buques y de nuevos talleres. Se prevé que todos estos trabajos se lleven a cabo en un mes y medio con objeto de tener "un astillero moderno", según López. Además, se crearán puestos de trabajo para unas 50 personas, por lo que la plantilla podría rozar los 100 empleados.

El dique, en funcionamiento desde 1988, se encuentra en el muelle número 5 y es propiedad de Mario López, una empresa malagueña que cubre las reparaciones de buques en el sur de Andalucía y que también opera en la provincia de Cádiz.

Desde enero de 2009 se han realizado una quincena de reparaciones de barcos tanto en seco como a flote. Según su dueño, en el dique hay "una gran actividad" durante todo el año y "vienen barcos de las flotas más importantes del mundo". Sin embargo, "la crisis está afectando bastante", afirmó López.

Por otra parte, el responsable del dique flotante aseguró que mantiene "una relación bastante estrecha" con la Autoridad Portuaria y que ésta tiene "una gran ilusión por esta apuesta industrial, ya que entrarán más barcos, más grandes y con una mayor capacidad".

Pese a ello, su ampliación podría dificultar las maniobras de atraque de los buques que tengan que atracar en los muelles 4 y 6.