Los padres que tienen hijos de 6 años viven con cierta incertidumbre la suspensión de la dosis de la vacuna contra la tos ferina correspondiente a esa edad. La inmunización sigue aplazada sin fecha en el calendario del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y el fármaco no se consigue en las farmacias. Así que no hay manera de vacunar a los niños.

Los expertos llaman a la calma. Antonio Muñoz, catedrático de Pediatría de Granada, aclara que "lo importante es que estén vacunados en la etapa inicial porque en niños mayores no es tan grave como en los pequeños". En estos últimos, las consecuencias pueden ser graves e incluso fatales.

La dosis de los 6 años fue suspendida por el SAS para -ante la escasez mundial de vacunas contra la tos ferina- poder hacer frente a la inmunización de las embarazadas en las últimas semanas de gestación. Así, la Administración sanitaria andaluza siguió la recomendación de pediatras, ginecólogos y de la Comisión Asesora de Vacunas de vacunar a las gestantes entre la semana 28 y 32 de embarazo.

Como no hay dosis para todos, la de los 6 años quedó en suspenso -y así sigue- para destinar esas vacunas a las gestantes. La decisión se tomó después de que murieran en España varios bebés menores de dos meses debido a la enfermedad; entre ellos, uno de Málaga. Debido a que la primera dosis se administra en los bebés a los dos meses, desde su nacimiento hasta esa edad estaban expuestos a contraer la patología. Vacunar a las embarazadas era la medida aconsejada por los expertos para inmunizar a los recién nacidos hasta los dos meses. Como el suministro del fármaco sigue siendo escaso en todo el mundo, Salud no ha podido restituir aún la dosis de los 6 años.

Los padres tampoco pueden comprarla en las farmacias. "Hacemos pedidos, pero no nos lo mandan", aseguró el vicesecretario de Bidafarma, Luis Ortega. Como la vacuna contra la tos ferina fue de las primeras que se introdujo en el calendario vacunal hace ya tres décadas, ya no estaba en el circuito comercial de las boticas. Esa circunstancia unida a la escasez en todo el mundo provoca que los padres no puedan ponérsela a sus hijos ni siquiera costeándola. En la actualidad, se mantienen las dosis de los 2,4,6 y 18 meses para los niños y para las embarazadas, entre las 28 y 32 semanas de gestación.