Málaga

El esfuerzo como receta contra el fuego

  • Cuarenta y nueve nuevos miembros del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga tomaron ayer posesión de sus puestos después de años de trabajo y dedicación para aprobar unas difíciles oposiciones

El de ayer fue uno de los días más importantes en la vida de Sergio Martínez. Cuatro años de esfuerzo se veían recompensados al convertirse de pleno derecho en uno de los 49 nuevos miembros del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga. Rodeado de sus seres queridos, su sueño se vio cumplido cuando su nombre se escuchó a través del sistema de megafonía y recogía de manos del alcalde, Francisco de la Torre, el diploma por el que conoció el verdadero significado de la constancia.

El caso de Sergio no era excepcional. Sobre las sillas del improvisado patio de butacas en el que se convirtió ayer el Patio de Banderas del Ayuntamiento de Málaga descansaban historias de pasión por un trabajo de servicio público resquebrajadas en momentos por el desasosiego.

Enrique Lavin es de los que afirma que ha tenido suerte, "porque sólo he tardado tres años en aprobar las oposiciones". A sus 31 años, lo había intentado con ahínco en Sevilla, Cádiz y Granada, pero la moneda siempre era cruz. La fortuna le ha sonreído en la que, según su opinión, es la ciudad donde las pruebas de acceso a este cuerpo son más complicadas. "En Málaga hay más pruebas que en otros sitios. Hay que estar muy preparado y tener un poco de suerte; o mejor, no tener mala", explicaba ayer mientras los suyos le reclamaban para que posase en una fotografía.

La mayoría de los nuevos bomberos consultados destacaban la importancia de los seres queridos en los momentos de decaimiento. "En mi caso, se han portado muy bien, sobre todo cuando te sentías frustrado y veías que no había luz en el túnel", manifestaba Rafael Quesada, un joven que dentro de unos días cumplirá los 32 años y que ya ha ejercido como bombero en Antequera. "Son esos los instantes en los que más me apoyaron", recuerda.

Lavin no duda en acordarse del "sufrimiento en silencio de la familia" y destaca el tiempo en el que te apartas de la sociedad, en el que te metes en una cueva", como el más duro durante su periplo.

En todos ellos se apreciaba cierto gesto de alivio, unido al de incertidumbre que se apodera de quien se enfrenta a un nuevo futuro. Quesada ya tenía trazado su planing laboral. "Me voy destinado al parque Zona II y, después de cuatro meses, comenzaré a rotar por los otros".

Francisco de la Torre señaló en su discurso que estos nuevos 49 bomberos se incorporan a "a un cuerpo lleno de prestigio" que ha destacado a lo largo de los años por "su servicio y entrega" y destacó de los nuevos miembros "el esfuerzo que se les exige para hacer frente a sus tareas".

El alcalde recordó que los jóvenes que ayer se incorporaban a Bomberos representaban "un sueño de ilusión". Una ilusión que se presupone que mantendrán vigente a lo largo de los años.

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