La apuesta de Metrovacesa por la transformación de los suelos de Torre del Río, sector situado junto a la antigua central térmica, empieza a tomar forma. A la espera de que se desvele el resultado del concurso restringido que puso en marcha meses atrás para la elección de la firma arquitectónica que diseñará una de las grandes intervenciones inmobiliarias de Málaga capital, este periódico pudo conocer los tres estudios que compiten por el encargo. De acuerdo con la información obtenida, los contendientes son el estudio danés BIG (Bjarke Ingels Group), responsable, entre otros, del encargo para la nueva sede de Google y de una de las torres levantadas en la parcela del antiguo Wolrd Trade Center; el de Carlos Lamela, y el de Carlos Rubio Carvajal.

La hoja de ruta trazada por Metrovacesa fija para el próximo mes de septiembre la organización de un encuentro con el Ayuntamiento de Málaga para dar a conocer el nombre final de los profesionales que dibujarán las tres torres de 22 plantas (con capacidad para unas 125 viviendas cada una) contempladas en estos suelos, uno de los pocos libres aún en la parte oeste del paseo marítimo. La voluntad de las firmas vinculadas a este proyecto es clara, en la intención de dar forma a un proyecto "singular", con un producto "de alto lujo". Así se expuso en el primer encuentro mantenido por los responsables de Metrovacesa hace ahora un año con el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares. Esa toma de contacto permitió confirmar la disposición de la promotora de ir adelante con una operación que, debido a la crisis del ladrillo de los años pasados, estaba instalada en la duda.

Una muestra de la envergadura de la actuación programada queda reflejada en los números económicos que se manejan. Metrovacesa hereda los activos de los anteriores dueños del suelo, con BBVA y Santander como preferentes, en un proyecto que incluye 499 viviendas, un hotel de 10 plantas y usos comerciales, todo ello con un valor estimado superior a los 200 millones de euros. A este dato hay que añadir el correspondiente a la venta de las plazas de aparcamiento y trasteros, tasados en 20.000 y 5.000 euros, respectivamente. Estos detalles forman parte del informe de mercado incorporado al proyecto de reparcelación del sector.

El desenlace del concurso arquitectónico de Torre del Río va a la par de la tramitación del sector, pendiente de que se pueda acometer el proyecto de urbanización y la construcción de las primeras unidades residenciales. El valor de esta pieza es considerable dada su localización en el extremo más occidental del litoral de la capital. La parcela es vecina del suelo que albergó la antigua central térmica, que también es objeto de una importante operación urbanística. En este caso con el grupo inversor Ginkgo, que se hizo con la parte privada de la finca (casi la mitad del aprovechamiento está en manos del Ayuntamiento), y acabó compartiendo parte de la misma con Inmobiliaria Espacio. Como ahora ocurre con Metrovacesa, Ginkgo también abrió un proceso para la selección del equipo que diseñará los edificios. Una tarea que, tal y como se dio a conocer semanas atrás, corresponderá al arquitecto francés Francois Leclercq.