Los profesionales de los centros sanitarios han encontrado una manera de protestar con la que le hacen más daño a la Administración que con la huelga: rebelarse contra las labores burocráticas que desarrollan a diario y centrarse en su trabajo asistencial. Ya lo acordaron hace casi un mes los sanitarios del Clínico. Luego se plegaron los del Carlos Haya y ahora se suman los de los centros de salud.

El impago de la productividad -que deberían haber cobrado a finales de abril y de una sola vez- ha sido la gota que ha colmado el vaso. La administración se ha comprometido a abonarla en seis veces en las nóminas del último semestre del año. Pero esta forma de pago ha sido acordada de forma unilateral por la Administración por lo que los profesionales se sienten desvinculados de los objetivos trazados por las autoridades sanitarias y de la obligación de cumplir con sus exigencias de recopilar datos estadísticos o de hacer labores administrativas. Además, esgrimen que debido a la falta de sustituciones no solo de vacaciones sino de bajas y permisos, no tienen tiempo para nada más que para acometer su trabajo asistencial.

Un documento que también está siendo firmado por los profesionales y que el Sindicato Médico ha distribuido entre sus afiliados exige el pago de la productividad "de forma inmediata", incluso con los intereses que se hayan derivado de su liquidación extemporánea. Otro de los tantos escritos que circulan por los centros denuncia también que acumular el paciente que le corresponde a un compañero cuando está de baja o permiso no se cobra, en contra de lo estipulado en el acuerdo de mayo de 2006.