La receta electrónica es un avance, pero depende de la informática. Un fallo técnico dejó el pasado 28 de marzo a unas 150 farmacias sin conexión y, por lo tanto, sin poder dispensar medicamentos por este sistema. El bloqueo duró en torno a hora y media.

El problema se originó en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en Sevilla. Los técnicos que trabajan en la mejora de los sistemas informáticos -que entre otras cosas han permitido la creación de la historia de salud digital y la receta electrónica- tenían que hacer modificaciones en los programas y por error dejaron a las boticas sin conexión con la base de datos de Sevilla. Este sistema conecta a los centros de salud, las oficinas farmacéuticas y la base de datos. Cuando el paciente acude a la botica, se le descuentan los fármacos recetados por el médico y asentados en esa base de datos. Si se interrumpe la conexión, se bloquea la dispensación.

Cuando el fallo se produce en dos o tres farmacias, el Colegio de Farmacéuticos las suple y tramita las recetas. Pero ese día esta solución no fue posible porque había demasiadas oficinas sin conexión.

El presidente de la entidad colegial, Javier Tudela, quitó hierro al fallo del SAS al precisar que el problema se suscitó entre las 15:15 y las 16:50. "No tuvo ninguna repercusión de cara al público porque fue al mediodía y a un horario en que la mayoría de las farmacias estaban cerradas", aseguró. Tudela insistió además que ha sido "la única caída" del sistema desde que se puso en marcha la receta electrónica en junio del año pasado. El programa informático Diraya interconecta a unos 6.000 ordenadores de 300 centros de salud de Andalucía, de ahí su complejidad.

Los médicos son más críticos con el sistema que desde 2004 también les permite llevar una historia clínica digital de los pacientes. Aunque ya las quejas no son tan duras ni frecuentes como cuando se inició su implantación, aseguran que "dos o tres veces a la semana" el programa sigue dando problemas.

Fuentes del Sindicato Médico indicaron que los fallos se producen cuando se incorporan nuevos centros. Un facultativo de cabecera, por ejemplo, se lamentaba recientemente de que el ordenador se le quedaba colgado hasta siete veces en una misma mañana.