Economía

La falta de visibilidad lastra el auge de la venta ‘on line’ en las pymes malagueñas

  • El confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus disparó las compras por internet, pero los principales beneficiados son las grandes cadenas de distribución

El comercio electrónico crece, pero la empresa pequeña local tiene que invertir

El comercio electrónico crece, pero la empresa pequeña local tiene que invertir / Rosell

El comercio on line crece a pasos agigantados cada año y en este 2020 ha recibido un impulso mayúsculo por el confinamiento provocado por la pandemia por coronavirus. Los consumidores han tenido que fiarse de las plataformas, dar sus números de tarjeta y realizar compras porque estaba restringida la salida a la calle. No obstante, los principales beneficiados han sido los grandes distribuidores ya que las pequeñas y medianas empresas malagueñas tienen aún un peso mínimo en las redes y es tan poca su visibilidad que se pierden en el agujero negro de Google.

“Las empresas malagueñas tienen unos niveles muy bajos en venta on line porque los primeros sitios en los que entra todo el mundo para mirar productos son Amazon y AliExpress y lo último que se busca es la tienda local”, lamenta Sergio Cuberos, presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, quien destaca que las pymes “no tienen visibilidad ninguna”.

En el caso de Málaga hay firmas punteras como Mayoral, Primor o Tiendanimal, entre algunas otras, que sí hacen fuertes apuestas por el marketing digital y la venta directa a través de internet. Son empresas grandes, con amplios volúmenes de facturación que tienen claro que el canal on line es fundamental. Pero la inmensa mayoría de las empresas malagueñas son pequeñas y, si bien casi todas tienen una página web, es muy reducido el número de firmas que permiten hacer la compra a través de la red. “Se está viendo algo más de innovación en tiendas de zapatos, de ropa o de recambios pero muchas no venden sino que en la web solo dan información de sus productos y la venta la realizan posteriormente de forma presencial”, comenta Cuberos.

Las tiendas on line no solo son ya un competidor directo de los establecimientos físicos sino que en determinados segmentos mueven más dinero que los locales a pie de calle. Los grandes distribuidores tipo Amazon se ahorran los costes de los establecimientos, invierten cantidades millonarias en marketing digital y tienen precios muy competitivos por su amplio volumen de compra. Los comercios pequeños están en las antípodas, pues ni tienen mucho dinero para estrategias de marketing digital ni tienen economía de escala para poder competir en precio.

Cuberos explica que uno de los mayores retos de la Cámara de Comercio es fomentar la digitalización en las empresas y destaca que este organismo tiene un departamento que asesora a todas las compañías interesadas en entrar en el negocio on line. Cuberos ve necesario crear “una plataforma potente” con firmas locales que sea conocida por los ciudadanos y que, por tanto, tenga visibilidad, pero no es sencillo.

“Los hábitos de consumo y las preferencias del mercado han cambiado y las empresas han de adaptarse de manera rápida y flexible a este nuevo contexto para sacar partido a las nuevas oportunidades que brinda”, afirma Natalia Sánchez, vicepresidenta de la Confederación de Empresarios de Málaga, quien añade que “es fundamental apoyar al pequeño comercio a hacer su entrada en la venta on line como fórmula de supervivencia de muchas empresas y de mantenimiento de un importante número de puestos de trabajo. En este sentido, es tan necesario ayudarles a dotarse de los equipos necesarios como facilitarles la formación adecuada para optimizar su uso”.

Los datos son claros: solo el 19% de las empresas españolas venden por internet y el 58% de los españoles compra on line

Hay miles de estadísticas y un común denominador: hay más clientes reales y potenciales que empresas vendiendo por internet. Según el último informe del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, el año pasado solo hacían comercio on line el 19% de las empresas españolas, siendo las principales barreras los elevados costes de entrega o devolución de productos, la dificultad para resolver quejas de los clientes o la seguridad. En el polo opuesto, el 58% de los españoles usaron internet en 2019 para hacer pedidos con un gasto medio que oscila entre los 100 y los 500 euros. Hay negocio, pero hay que ponerse las pilas.

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