Málaga

La fiesta sigue en el Centro de Málaga más allá de las seis de la tarde

La Policía Nacional comienza a desalojar a los últimos feriantes, en la Plaza del Siglo de Málaga.

La Policía Nacional comienza a desalojar a los últimos feriantes, en la Plaza del Siglo de Málaga. / Mercedes Bryan (Málaga)

La fiesta parece no tener final a pesar de que el reloj ya marca las seis. Aunque se estableció como hora de finalización de la Feria en el Centro Histórico de la ciudad las 18:00 de la tarde, centenares de personas, sobre todo jóvenes de entre 20 y 30 años, se resisten a irse. 

Si al inicio de Larios abundan los grupos de mayores y jóvenes que, abanico en mano, bailan al son de unas sevillanas, al final de la mítica calle son sobre todo estos últimos quienes protagonizan cantos, gritos al aire y voces que dejan entrever la alegría que se palpa en el ambiente. 

Se cuentan por decenas las despedidas de solteros, tanto de mujeres como de hombres, que han elegido la Feria de Málaga para celebrar la dicha. Festejan, varios descamisados, que la fiesta ya está aquí. La emoción es tal que algunos incluso han montado un concierto improvisado en el tablao situado en mitad de Larios. 

Si hay un lugar que reúne al epicentro del botellón esa es la calle Sánchez Pastor hasta Santa María, que en toda su extensión congrega a los más rezagados: numerosos grupos de hombres y mujeres que conversan, botella en mano, mientras ignoran que de los altavoces ya no emana la música y la hora de cierre ha llegado.

En Molina Lario comienzan a desvanecerse los feriantes hasta llegar a la Catedral. Allí no abunda la multitud ebriaaunque sí los extranjeros que buscan resguardarse del terral malagueño en las fuentes de los jardines de la Catedral. 

A pesar de que la Plaza de la Merced ha sido el histórico lugar de encuentro de los más jóvenes en Feria, ese hábito parece ya extinguido. No hay más botellones allí. Este año permanece aislada del bullicio y ni siquiera se puede entrar ya en ella. Sí en los bares que la rodean, donde siguen sirviendo sus emblemáticos copazos bien pasadas las seis de la tarde. Es el lugar elegido para los más novatos, quizás aquellos que viven su primera Feria como mayores de edad.  

Antes de llegar a la Plaza del Siglo, la calle Duque de la Victoria acoge a los últimos comensales que aún a las siete de la tarde se animan a cantar unos verdiales. La fiesta continúa; son las siete, debería haberse acabado ya, pero la emoción puede con la hora de cierre. 

        

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