Málaga

"Hay que hacer una planificación seria del agua y no estar siempre esperando a que llueva o no"

  • El experto asegura que lo que está ocurriendo este año es un fenómeno anómalo debido a una circulación zonal que está atrayendo todos los frentes

Fausto Polvorinos es meteorólogo de vocación y jefe de predicción del Centro Meteorológico de Málaga donde recaló hace ya 22 años. Tiene la responsabilidad de predecir a diario el tiempo que va a hacer y reconoce que en las últimas semanas está resultando bastante estresante por la sucesión de frentes lluviosos que han hecho que se batan todos los récords estadísticos.

-¿Qué está pasando este invierno?

-Lo que está ocurriendo es que hay una circulación del oeste que está pasando por latitudes muy bajas. En invierno lo que suele ocurrir es que hay momentos en los que pasan los frentes entre noviembre y diciembre, aunque esa circulación se suele interrumpir con anticiclones de vez en cuando. Pero este año desde mediados de diciembre tenemos una circulación totalmente zonal que nos trae todos los frentes. Ha ocurrido otros años. Por ejemplo en el año 1997 sin ir más lejos en diciembre se recogió una precipitación de más de 300 litros por metro cuadrado y en enero otros 300, aunque luego en febrero sólo 14. Si tomamos sólo diciembre y enero este año es el cuarto más lluvioso de la historia desde que tenemos datos en el aeropuerto, pero si incluimos febrero probablemente sea el más lluvioso.

-Pero no es una situación normal...

-No. Este año va a ser histórico.

-La gente puede pensar que el tiempo se ha vuelto loco después de un año tan seco y en el que ha habido temperaturas tan altas...

-Sí, porque el verano pasado en cuanto a temperaturas fue muy anómalo. Creo que de todas formas la gente tiene una percepción de la historia muy corta. El infinito hace lo imposible inevitable. Si tuviésemos una serie de mil o dos mil años viviríamos esta situación seguro más de una vez aunque sea rara.

-El hecho de que las inundaciones del río Guadalhorce se hayan repetido justo 20 años después en Málaga, ¿es casualidad o pura estadística?

-El Guadalhorce se desborda cuando hay unas precipitaciones muy intensas por debajo de las presas. Algunos observatorios privados han medido hasta 200 litros por metro cuadrado. Y por eso se desborda porque hay una cantidad de metros cúbicos que cae por debajo de los pantanos y se salen del cauce. Ha ocurrido en la historia, ha ocurrido ahora y volverá a ocurrir. No hay más que ver que los ríos de la provincia de Málaga tienen un hilillo de agua, pero el cauce es grandísimo y eso nos está diciendo que ha habido precipitaciones de ese tipo en algún momento.

-Pero parece que Málaga no aprende de su historia y se sigue construyendo en los cauces...

-Las leyes lo prohíben por algo, pero otra cosa es que se cumplan. En meteorología hay un fenómeno que llamamos periodo de retorno que por ejemplo en el caso del río Guadalhorce suelen repetirse cada diez años. También el río Chíllar en su desembocadura tiene una anchura enorme, lo cual quiere decir que con el periodo de retorno ha habido un momento en el que ha llovido muchísimo para ocupar todo ese espacio. El cauce de un río tiene una anchura por algo y eso hay que respetarlo. Lo que ocurre es que la memoria es frágil y estamos en una zona en que viene mucha gente de fuera que no tiene conciencia histórica de lo que puede pasar y ocupan zonas que luego se inundan. O hacemos nuevas obras y canalizamos los ríos o los dejamos en su cauce natural libres, aunque se ocupen cada diez ó 500 años.

-En este siglo se han dado siete de los años más cálidos de la historia, ¿teme que continúe esa tendencia?

-Sí, eso está claro. La temperatura media anual en Málaga no ha hecho más que crecer en los últimos 20 años sólo interrumpido por la explosión del volcán Pinatubo en Filipinas en 2005 que provocó una bajada de las temperaturas medias en todo el planeta. Ya está demostrado que las temperaturas de los últimos años son las más altas de las series y la tendencia que estamos observando es que va a continuar así.

-¿Y en este escenario qué papel juega el cambio climático?

-La opinión general de los científicos es que efectivamente es un cambio climático provocado por el hombre porque al mismo tiempo que sube la temperatura media en la Tierra sube la acumulación de CO2. Y desde luego en Málaga se está notando.

-¿Cree que ya es tarde para evitar sus efectos?

-No lo sé, pero al menos esta situación nos debería hacer reflexionar. La sociedad tiene que decidir si le interesa mantener el ritmo de vida actual o el planeta. Nosotros tenemos la palabra. Creo que no es tarde y siempre se podrá hacer algo.

-¿Cree en los modelos que apuntan a que la subida del nivel del mar hará que desaparezcan zonas costeras en Málaga?

-No sé, lo que sí está claro es que todos los modelos climatológicos apuntan a que va a haber un calentamiento y una subida del nivel del mar. Pero sí me gustaría que hubiese más debate. En el mundo científico están todos de acuerdo y preferiría que hubiese opiniones encontradas, y no parece que las haya.

-En una provincia como Málaga con casi tododa su franja costera urbanizada es un panorama preocupante, ¿no cree?

-En eso sí que soy optimista y no me veo todavía en góndola como en Venecia. Ya se verá. Pero creo que el asunto es más filosófico. Se trata de pensar si queremos seguir con este ritmo o no. Veo incluso en la sociedad, sobre todo, en la gente joven una dualidad. Por un lado están preocupados por el cambio climático, pero por otro lado son más consumistas que los mayores. Quizás una vida tan cómoda y tan consumista como llevamos no cuadra con un medio ambiente sano y como el que hemos tenido hasta ahora. A lo mejor preferimos veranear dentro de seis años en Groenlandia y hacer allí chalés y seguir con nuestro modo de vida. No son los dirigentes políticos los que deben decidirlo, sino la gente en general.

-Lloverá menos y hará mucho más calor, ¿eso no supondrá un duro revés para el turismo del que vive la provincia?

-Los modelos hablan de eso y es que habrá un desplazamiento de las precipitaciones hacia otras latitudes. Pero una de las cosas buenas que tiene el cambio climático es que nos está haciendo conocer muchas cosas nuevas porque hay mucho dinero metido para investigarlo. Creo que todavía no está todo dicho y hay mucho que estudiar en la relación atmósfera-oceáno. Los modelos pueden cambiar de aquí al futuro, aunque todos los datos que tenemos van en la dirección de que lloverá menos y hará mucho más calor.

-No es una noticia muy halagüeña...

-Esa noticia sería buena para Groenlandia. Y por si acaso yo iría comprando terrenos allí [risas] porque no creo que la sociedad esté dispuesta a bajar su nivel de vida.

-Con estas lluvias se da por superado obviamente el periodo de sequía tan severo que hemos sufrido, pero ¿debemos bajar la guardia?

-Por supuesto que no. En 1989 tuvimos muchas precipitaciones pero en general tenemos un problema grande de agua y no se debe estar siempre esperando a que llueva más o menos. Es necesaria una política del agua clara y seria, no partidista. No entiendo que una discusión sobre el agua y cómo manejarla se deje sólo en manos de los partidos políticos porque siempre va a haber uno que diga negro y otro blanco. Independientemente del cambio climático, la precipitación en la provincia de Málaga y la Península Ibérica en general es muy irregular y además casi todas las grandes poblaciones están en el litoral, donde no hay agua. No se puede bajar la guardia y ni malgastar el agua nunca.

-Precisamente a raíz de estas lluvias y del desembalse de tanta agua se ha vuelto a reabrir el debate sobre la necesidad o no de más presas, ¿qué opina usted?

-La verdad es que las presas son una tristeza enorme para los valles que inundan, pero se tienen que plantear. Aunque también mejores conducciones de agua, canales y trasvases de unas presas a otras. Con el cielo no hay que contar porque nos da y nos quita cuando él quiere. Esperar a ver si llueve o no en vez de hacer obras es una postura muy antigua y hay que hacer como otros países que mantienen una política de aprovechamiento de los recursos mucho mejor de lo que lo hace España. Y eso es caro.

-¿Málaga tiene un medio ambiente sano?

-Sí, sí, Málaga es una ciudad con el aire de los más limpios que conozco. Es una ciudad poco contaminada gracias al viento porque está ventilada.

-¿En qué cree que debe mejorar?

-Se debería intentar que el agua del mar esté mucho más limpia porque vienen muchos turistas y no se puede dar esa imagen. Desde que llegué a Málaga en 1988 se nota cada vez más la suciedad del agua con las situaciones de levante y eso hay que arreglarlo.

-¿Hay quienes achacan la aparición de las natas no a la falta de saneamiento sino a las corrientes de la zona?

-Es cierto que las natas aparecen cuando hay levante porque no dejan que las aguas del litoral se vayan a alta mar y entonces la suciedad se acumula. Cuando hay poniente ocurre lo contrario y por eso está más limpia.

-¿Cómo ha visto la evolución de Málaga en los 20 años que lleva viviendo aquí?

-Málaga ha mejorado muchísimo y no por mí [risas]. Tiene poco que ver con lo que yo conocí. Sobre todo han cambiado mucho los barrios. Cuando vine a Málaga algunos no tenían ni calles asfaltadas. No tiene nada que ver en su imagen externa de hace 20 años. Pero hay otro aspecto que no me gusta y es que antes tardaba 15 minutos en llegar al trabajo y ahora 23. Espero tener salud y disfrutar del Metro. Se notó mucho la ronda aunque ahora se ha vuelto a quedar colapsada porque da la sensación de que las obras siempre llegan un poco tarde.

-La pregunta del millón en esta época, ¿lloverá en Semana Santa?

-Los cofrades están nerviosos pero yo más. Está lejos todavía pero aplicando la estadística solamente hay un 40% de probabilidad de que no llueva ningún día. Pero aún así, hay que recordar que Málaga tiene una de las mejores Semanas Santas que hay en Andalucía en cuanto al tiempo.

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