El presunto autor del doble crimen de Villanueva del Trabuco, el vecino de Archidona Miguel G. A., era conocido por su carácter altanero y en ocasiones bravucón, pero la imagen de su familia es impecable entre los vecinos del municipio. Descritos como personas sacrificadas en el bienestar de sus hijos, los padres del detenido se aferraban en la defensa de su hijo, aunque de soslayo confirmaban su participación en los hechos.

El mismo grado de confianza que se desprende de la incredulidad tenían los familiares del otro arrestado, José C. P., que en la mañana de ayer acudieron a los juzgados para interesarse por éste, a pesar de que se le considera el presunto instigador de las muertes de sus dos hermanos mayores.

"Lo han sobornado y le han vuelto la cabeza loca", manifestaba ayer Mercedes A., la madre del primero, quien no dudó en repetir una y otra vez que su hijo era "muy bueno". Los vecinos del municipio señalaron que Miguel no se asemejaba a sus progenitores. Describían a éstos como unas personas trabajadoras que se desvivían por sus hijos -uno de los cuales padece una enfermedad mental- y señalaron que el detenido "era la oveja negra de la familia". Los residentes consultados coincidieron en que el matrimonio y el resto de los vástagos "son unas buenas personas que tienen que cargar con esta cruz".

Los familiares de José tampoco lo olvidaron en un trago tan amargo como el que le tocó vivir ayer y, a pesar de su presunto grado de implicación en los hechos, acudieron al juzgado para prestarle su apoyo.

Éstos entraron en las dependencias judiciales y permanecieron en su interior hasta que su familiar llegó en un furgón de la Guardia Civil. El encuentro fue testimonial, ya que los dos detenidos fueron trasladados a otro lugar donde esperaron antes de prestar declaración.

Las casas de ambas familias están muy próximas, por lo que José y Miguel se conocían desde hacía tiempo.