Sucesos

Más de 100 identificaciones en La Corta tras el altercado del sábado

  • Intentan localizar a los vecinos que agredieron a los agentes y portaban barras de hierro

La Policía Nacional mantiene abierta una investigación tras el altercado ocurrido el sábado a mediodía en la barriada de La Corta, donde una treintena de vecinos agredieron, presuntamente, a cuatro policías que habían acudido para apoyar a un equipo médico que atendía a una mujer con problemas mentales. Hasta el momento, los agentes han identificado a más de un centenar de personas y ya ha habido, al menos, dos detenidos a los que les atribuyen un presunto delito contra la salud pública por tráfico de drogas.

Los investigadores, de esta forma, han intensificado la vigilancia en la zona. El objetivo, según las fuentes consultadas, es tratar de localizar a aquellos que participaron en el incidente, en el que los efectivos que intervenían se vieron, presuntamente, acorralados y tuvieron que pedir refuerzos. Como consecuencia de los golpes que sufrieron, dos policías locales y otros dos nacionales tuvieron que recibir asistencia médica por las contusiones que presentaban. También la médica que había acudido para hacerse cargo de la paciente resultó lesionada durante un forcejeo que mantuvo con ésta.

Testigos consultados por este periódico explicaron que la situación se descontroló en apenas unos minutos y ensalzaron la labor de los policías que actuaban. "La doctora tuvo que encerrarse con la paciente dentro de la ambulancia, que también fue rodeada por una multitud de personas. Se oían gritos y golpes", relató un testigo que se encontraba en calle Orfeo, quien precisó que los ánimos se caldearon sin que, aparentemente hubiera "ningún detonante".  

Fue el sábado hacia las 15:30 cuando un hombre alertaba del estado de agresividad en el que se encontraba su madre, que tenía, según su versión, un cuchillo en la mano y había amenazado a los vecinos en la calle Orfeo. Una patrulla de la Policía Local se personó en el lugar para comprobar los hechos junto con un médico. Dada la situación en que la mujer se encontraba, decidieron trasladarla en una ambulancia a un hospital. Fue entonces cuando, supuestamente, el hijo comenzó a increpar a los sanitarios. Irrumpieron entonces unas 35 personas con barras de hierro, palos de madera y navajas. Los agentes llegaron a oír cómo decían: "a por ellos" y, al verse acorralados, pidieron refuerzos. Un policía nacional que intentaba calmar al resto se vio rodeado por una decena de vecinos que le empujaban. El hijo de la paciente propinó, presuntamente, un puñetazo en la espalda y otro en la boca al policía, al que siguió agrediéndole un nutrido grupo de personas. Otro agente nacional y uno local fueron atacados por una multitud de en torno a 30 vecinos, y trataron de defenderse.

Cuando uno de los policías estaba a punto de ser golpeado con una barra de hierro acudió una pareja de agentes para apoyarle y estos lograron evitar la agresión. Un grupo de personas arrojaron las armas que llevaban y salieron corriendo, logrando evitar ser interceptados.

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