Una iniciativa con corazón

Concepción Cruzado hace que el funcionamiento del corazón se entienda con facilidad. Es como una casa con cuatro habitaciones; las puertas son las válvulas, tienen que abrir y cerrar bien; la fontanería son las venas y las arterias, que llevan y traen la sangre y si están obstruidas hay problemas. Con esta comparación práctica, explica a pacientes cardiacos ingresados en el Hospital Clínico y a sus familiares en qué consiste su patología y cómo tienen que actuar para prevenir complicaciones futuras.

Ese es el objetivo de las charlas que todos los viernes dan las enfermeras de la planta de Cardiología. Conchi les deja claro que una enfermedad del corazón es "para toda la vida", pero les alienta a llevar una vida lo más normal posible con dieta sana y ejercicio acorde a su patología. Las imágenes que les proyecta son muy didácticas, pero su explicación las hace aún más comprensibles. Les aclara qué es un by-pass, una angioplastia, un cateterismo. Y se entiende con una imagen. Les cuenta también que en el hospital hay un gimnasio de rehabilitación cardiaca para aprender ejercicios y determinar hasta dónde pueden exigirle a su cuerpo tras un infarto o una operación.

La charla es un reflejo de la torre de Babel en la que se han convertido los hospitales en los últimos años. Hay pacientes de distintas nacionalidades. Ahmed Azaoum, marroquí, la escucha con atención. Tiene una raja en el pecho que impresiona. "Esta charla es útil", sostiene. A su lado se sienta Fausto Olmos, que acaba de sufrir un infarto. "Estas explicaciones nos vienen muy bien", opina. Valery Lao es inglesa y está cuidando a una amiga ingresada. "Es una iniciativa es interesante porque puedes plantear tus dudas", afirma. Y justamente surge una pregunta sobre sexo. "Se puede tener relaciones sexuales dos semanas después de un infarto. Eso sí, preferentemente con la pareja habitual porque causa menos estrés", advierte con picardía. El auditorio estalla en risas. La clase ha terminado.